
Jordi Segarra, el logo de Cellex y la bandera de Panamá
Así controlaba Jordi Segarra toda la estructura de Cellex desde Panamá
El albacea del patrimonio de Pere Mir operaba el entramado con ramificaciones en el paraíso fiscal
El oncólogo Josep Tabernero era apoderado de algunas empresas
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Poco a poco se van conociendo más detalles sobre la presunta trama de descapitalización que rodea a las fundaciones Cellex y Mir Puig, recientemente intervenidas por el Departamento de Justicia de la Generalitat.
Hace ya una semana que agentes de la Unidad Antiblanqueo de los Mossos d'Esquadra irrumpieron en los domicilios de Josep Tabernero, jefe de Oncología del Hospital Vall d'Hebron, y de los abogados Jordi Segarra y Juan Francisco Capellas. Todos ellos, designados como los albaceas de ambas fundaciones y máximos responsables de su correcto funcionamiento.
Sin embargo, los tres figuran como investigados por el presunto expolio de las fundaciones, creadas por el empresario y mecenas Pere Mir Puig, fallecido en 2017. Desde hace meses, los investigadores —bajo las órdenes del Juzgado de Instrucción número 12 de Barcelona— tratan de desentrañar los complejos y opacos movimientos financieros que rodean la gestión de estas entidades.
Sociedades en Suiza, Reino Unido y Panamá
Mientras tanto, Crónica Global ha tenido acceso al organigrama empresarial mediante el cual Jordi Segarra, albacea y patrono de ambas entidades, manejaba todos los hilos. A través de una decena de sociedades, algunas con sede en Suiza, Panamá o el Reino Unido, Segarra controlaba todo el patrimonio que Pere Mir dejó tras su fallecimiento.
Mediante una compleja red de empresas interconectadas, Segarra habría logrado el control total del legado: desde sociedades mercantiles hasta bienes inmuebles. Activos que se enlazan entre sí y que, desde un primer vistazo, transmiten una fuerte sensación de opacidad.

Conglomerado de empresas que dependen directamente de Jordi Segarra, albacea y expatrono de las fundaciones de Pere Mir
Algunas de estas empresas están registradas en conocidos paraísos fiscales, como Panamá, donde —según fuentes consultadas por este medio— podrían estar ocultos los 60 millones de euros, “o más”, que Segarra y sus colaboradores habrían desviado.
'Conexión' Tabernero: tenía poderes de empresas
Entre esos colaboradores estaba otro albacea, el doctor Tabernero, cuyo arresto e investigación ha caído como dinamita en el sector sanitario. El alto médico, considerado uno de los mejores oncólogos de España, se ha defendido alegando que él fue solo albacea, jamás patrón de las fundaciones gestoras del patrimonio. Por lo tanto, quiere implicar que no tiene responsabilidad.
Pero fuentes cercanas al caso recuerdan que el también director del Vall d'Hebron Instituto de Oncología (VHIO) "fue apoderado" de algunas sociedades de la trama. Concretamente tres: Simex, Sociedad Anónima de Intereses y José Pamias SA.

El Centre Cellex del VHIO en Vall d'Hebron
"No podía ser patrono"
El núcleo del caso Cellex es "la conversión de los activos de estas empresas y el patrimonio personal de Mir -como chalés- en dinero para las fundaciones", recuerdan fuentes cercanas. En esa transición, "Tabernero estuvo en el centro de todo".
A algunas voces, pues, no les convence el argumento de que el oncólogo no fuera patrono de las fundaciones presuntamente desfalcadas. "Es que no lo podía ser, porque de lo contrario no podía recibir dinero para el VHIO por conflicto de interés", insisten.
Este medio pidió ayer una entrevista a Tabernero al equipo de Comunicación del VHIO. No recibió respuesta.
60 millones 'volatilizados'
Como ya publicó Crónica Global, según el informe de desfalco elaborado por el detective Francisco Marco, desde la entrada de Jordi Segarra en las fundaciones Cellex y Mir Puig, los activos bajo su gestión pasaron de estar valorados en 75 millones de euros a apenas rozar los 15 millones.
Un capital que se ha “volatilizado” y que, según personas del entorno de Pere Mir, podría descansar en dichos paraísos fiscales.
Países en los que, además, figuran sociedades a nombre del propio albacea y expatrono de las fundaciones. Y se subraya lo de expatrono porque la jueza del Juzgado de Instrucción número 12, Myriam Linage, ya ordenó la destitución del patronato conjunto que dirigía ambas entidades, y que estaba presidido por Jordi Segarra.

El empresario Pere Mir, con el 'expresident' Artur Mas en 2013
El chalet en La Pleta
De confirmarse todos estos extremos, la figura de Josep Tabernero —cuya implicación ha sacudido a diversos sectores de la sociedad catalana— quedaría en un segundo plano, salvo por los apoderamientos de empresas. El prestigioso oncólogo ya intentó dar explicaciones a través de una carta interna enviada a la cúpula del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, en la que admitía ser uno de los investigados en este “desagradable asunto”.
En esa misiva, Tabernero aclaraba, en efecto, que su papel en las fundaciones fue únicamente el de “mero albacea”, y que nunca fue designado como patrono. Fue en calidad de albacea que aceptó, como donación, la casa que Pere Mir poseía en La Pleta, la urbanización más exclusiva de Baqueira Beret (Lleida).
Sin embargo, las fuentes consultadas consideran que, dada la reputación del médico, cometió un grave error al aceptar dicha donación. Un regalo que, si bien Tabernero afirma haber recibido directamente de Pere Mir, fue formalizado en una fecha posterior a la muerte del empresario y a través de una de las sociedades del entramado controlado por Segarra.

Imagen de algunas de las casas de La Pleta CARLOS SEGURA
Certificado de defunción
Sin embargo, otras voces más críticas recuerdan un episodio que Àngel Surroca, quien fue mano derecha de Mir durante décadas, describe en su libro De la fusta a la fusta. La historia del grupo Derivados Forestales (1942-2006).
Y éste es el papel que jugó Tabernero el día de la muerte de Pere Mir, pues, según Surroca, fue Tabernero quien firmó el certificado de defunción del mecenas y, sin dejar ver el cuerpo a la familia, se lo llevaron directamente al crematorio.
La denuncia de Àngel Surroca
Cabe recordar que fue precisamente Àngel Surroca la primera persona que alzó la voz para denunciar la presunta descapitalización de las fundaciones del difunto Pere Mir.
Fue en 2023 cuando Surroca presentó una denuncia ante el Servicio de Supervisión y Protectorado de Fundaciones, dependiente del departamento de Justicia, en la que acusaba a los actuales gestores de un presunto expolio del patrimonio de Pedro Mir.
A raíz de esta denuncia, la juez de instrucción 12 de Barcelona abrió diligencias ante los indicios de una mala praxis en el seno de ambas entidades. Primero, Myriam Linage, titular del juzgado que lleva el caso, acordó la destitución del patronato conjunto, y, meses después, ordenó las entradas y registros en los inmuebles de los investigados.
De este modo, ahora es el Departamento de Justicia de la Generalitat el que, por orden judicial, ha tomado el control de Cellex y Mir Puig, así como de cuatro sociedades vinculadas a ellas.