
Oscar Camps, el Ayuntamiento de Barcelona y una torre de vigilancia de playas
Barcelona derrota a Óscar Camps en los tribunales
El fundador de Open Arms exigía 1,6 millones al ayuntamiento pese a haber facturado 700.000 en subvenciones: ha perdido
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Barcelona ha derrotado a Óscar Camps en los tribunales. La ciudad ha vencido al fundador de Open Arms ante la justicia en un pleito en el que una empresa participada por éste reclamaba 1,6 millones al ayuntamiento. Ha perdido.
Lo han detallado fuentes de la oposición municipal citando lo informes de Intervención del ayuntamiento, que dejan claro que la Administración local no debe temer ni provisionar fondos por una demanda mercantil interpuesta por QStar Serveis Costers contra la institución.
La acción, que avanzó este medio, ha terminado en derrota de QStar, la empresa participada por Camps y otro exalto cargo de Proactiva, la empresa del filántropo.
"No hemos recurrido"
Este medio ha preguntado al ayuntamiento y a Open Arms, que han preferido no dar datos del pleito. Sí los ha dado Enric Artigas, gerente de B-Mar Serveis Costaners --antes QStar--, que ha admitido que "demandamos por vulneración de la propiedad intelectual y no se dios no la razón".
Tras ello, Artigas, socio de Camps y también secretario de la Fundación Open Arms, reconoce que "no recurrimos". Con ello, el pulso judicial quedó zanjado.

Óscar Camps, fundador de Open Arms, en un barco de rescate
"Copia de las torres de vigilancia"
La demanda por copia se interpuso antes de la pandemia del coronavirus en 2020, cuando la empresa municipal BCasa, Barcelona Cicle de l'Aigua SA, contrató a QStar para proveer torres de vigilancia de socorrismo para las playas de la Ciudad Condal.
Fue solo por una temporada de verano. Al terminar la misma, la sociedad --parte de B:SM--, "volvió a licitar el contrato de forma abierta, pero copiando nuestras torres". Finalmente, otra empresa, una compañía asturiana, ganó el concurso.
"Era nuestro producto, pero mal copiado"
El patrono afea al ayuntamiento que "licitara de forma abierta la provisión de torres tomando nuestro modelo como referencia". Provocó, según él, que "se pidiera una mala copia de las estructuras: sin placas solares u otras innovaciones que diseñamos nosotros".
Por ello, QStar, ahora B-Mar, demandó por vulneración de la propiedad industrial. "Perdimos. Es muy difícil probar una copia de tu producto en los tribunales. Sopesamos recurrir, pero finalmente no lo hicimos".
Demanda pese a las subvenciones
Se da la casualidad de que QStar estaba participada por Óscar Camps, fundador de Proactiva y Open Arms. Y de que la empresa denunció al Ayuntamiento de Barcelona, institución que ha concedido miles de euros en subvenciones a la fundación Open Arms desde hace años.
¿Cuánto dinero? 497.000 euros en 2019 y 100.000 euros anuales en 2022, 2023 y 2024. En total, 700.000 euros en seis años. Pese a ello, la demanda contra la administración que costeaba la actividad de Open Arms se mantuvo.
'Traición' de los comunes
En el plano político, el pulso judicial por las torres de vigilancia significa una grieta en la buena relación que mantuvo el Ayuntamiento cuando lo presidía Ada Colau (BComú) con Open Arms.
En 2019, por ejemplo, con el pleito ya cocinándose, la Administración local concedió la Medalla al Mérito Cívico a la Fundación de rescate de migrantes y refugiados. El mismo año, Colau invitó por carta al propio Camps al pregón de las Fiestas de la Mercè que ofreció la exalcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, con Óscar Camps
Los negocios de Oscar Camps, delicados
Casualidad o no, el primer cisma entre los comunes y Camps llegó con la vertiente empresarial de Oscar Camps, un terreno con algunas polémicas. Y eso que BCasa la presidía el concejal Eloi Badia --ahora diputado en el Congreso por Sumar--, del círculo próximo a la alcaldesa.
Pero es que un año antes, en 2018, Pro-activa, la empresa del filántropo --y de Enric Artigas-- fue condenada por vulnerar prácticas sindicales de los socorristas, como explicó este medio. Fue el último colofón a una tensa huelga de personal de Pro-activa en Barcelona en 2016. La empresa terminó fuera del socorrismo barcelonés.
Más recientemente, el ecosistema empresarial del catalán ha pergeñado el Institut d'Innovació, Seguretat i Emergència (Isei), que formará a socorristas a precio cero con el apoyo de las instituciones públicas, entre dudas de sus competidores.