El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha situado el plan estratégico a tres años presentado este jueves como una señal del compromiso entre los principales accionistas de la energética. El ejecutivo considera que el hecho de que la hoja de ruta para el futuro a medio plazo de la compañía haya sido aprobada por unanimidad es la mejor manera de demostrar que "Naturgy no es una jaula de grillos".
Reynés ha querido así salir al paso de los numerosos rumores que han apuntado a profundas discrepancias entre los principales accionistas de la compañía, que controlan en torno al 85% del capital.
El ejecutivo ha admitido que en la elaboración del plan estratégico ha habido mucho debate, confrontación de ideas e interacción con el consejo pero también ha señalado de forma explícita que "no he tenido la sensación de estar sentado sobre una bomba".
El plan 2025-2027 incluye como uno de los elementos más novedosos el próximo lanzamiento de una OPA voluntaria por parte de la propia compañía con el fin de elevar la liquidez del valor.
Imagen de una cotización de Naturgy en la Bolsa de Madrid / EFE
"El objetivo es que el capital flotante se sitúe por encima del 15%, lo que hará que volvamos a ser incluidos en los índices MSCI", ha explicado Reynés, quien también ha descartado que se trate de una suerte de movimiento defensivo ante una eventual oferta. "Nuestro deber es proporcionar a los accionistas y a los potenciales inversores el escenario adecuado para en entrar o salir del valor; y es lo que vamos a hacer con esta operación".
Reynés ha definido el plan como "ambicioso pero realizable" y ha destacado que la cifra de 6.400 millones de inversión que contempla no incluye posibles operaciones para crecer de forma inorgánica.
Sin plan para volver
En este sentido, el presidente de Naturgy no ha cerrado la puerta a realizar compras al señalar que "lo miraremos todo pero no nos comprometemos a nada. Si vemos una oportunidad, la aprovecharemos; pero será sólo cuando toque y a precio que toque".
Preguntado por un posible retorno de la sede social a Cataluña, tras los pasos dados en este sentido por corporaciones como Banco Sabadell o Molins, Reynés ha asegurado que este asunto no ha sido tratado por el consejo. Tampoco ha querido valorar públicamente si el actual entorno sociopolítico en el territorio es el apropiado para un potencial regreso.