El motor catalán ha disuelto su cacareada fundación de circuitos de motociclismo tras enterrar cinco millones de euros públicos y tras al menos un mazazo en los tribunales. La Federación Catalana de Motociclismo (FCM), que preside Salvador Prat, ha liquidado la fundación deportiva después de acumular una deuda impagable y de encajar una derrota judicial a manos de un acreedor.
Lo han confirmado fuentes del sector del automóvil después de que la FCM disolviera y liquidara la Fundació Catalana per l'Esport del Motor en una reunión de su patronato celebrada en septiembre. El movimiento significa que la Federación heredera las deudas de la Fundación, que alcanzan los 5,3 millones de euros a final de 2023.
El acuerdo, firmado por el propio Prat, pone fin a 10 años de calamitosa experiencia pública en la gestión de circuitos de motociclismo.
Una sentencia contraria y la caja rota
La drástica decisión llega después de al menos una sentencia judicial de primera instancia en la que un proveedor recuperaba en los tribunales una deuda superior a 60.000 euros.
El fallo honraba las pretensiones de la empresa demandante y castigaba a la Fundación a pagarle, pese a que, en teoría, la propia Federación sostenía a su organismo gestor. Pero ello apenas se ha notado en los bolsillos de los que les prestaron servicio. Y en sus cuentas. En 2023 terminó en verde, pero con un excedente de apenas 3.600 euros. Congeló su deuda -financiera- de 5,3 millones, sin poderla repagar. Sólo los intereses se comieron 80.000 euros.
El ParcMotor de Anoia
Ese agujero negro se abrió en el ParcMotor de Castellolí, en la comarca de Anoia, a 56 kilómetros de Barcelona. La instalación se estrenó en 2009. Con una inversión de 13 millones de euros y casi un millón de metros cuadrados en instalaciones para practicar las distintas disciplinas del motor, en su momento el Govern lo anunció como una actuación para revitalizar la comarca, muy castigada por la desindustrialización en Cataluña.
Se pretendía formar a jóvenes pilotos para que luego compitieran en las pruebas punteras cuando crecieran. Bautizaron la inversión excampeones como Álex Crivillé, Carles Checa, Toni Elías o Nani Roma.
Y para asegurar la buena gestión, se confió en una fundación conjunta entre la Federación Catalana de Motociclismo y la Secretaría General del Deporte de la Generalitat.
Fracaso
El experimento no funcionó. El ParcMotor de la Anoia no sólo no revitalizó la zona, sino que renqueó durante años, hasta que nueve años después de inaugurarse, en 2018, se acabó entregando al sector privado. La gestión pública no había funcionado.
Por el camino, la Fundación había contraído la deuda, que llegaba a los 5,4 millones de euros. La operación generó un boquete en la caja -de los 13 millones de inversión, una buena parte se prestaron desde el Instituto Catalán de Finanzas (ICF) de la Generalitat- que el inmovilizado, el precio del activo, no pudo tapar.
Problemas de licencia
Además, claro, de los problemas de gestión, insisten fuentes del sector. El circuito tuvo que corregir aspectos de su licencia de apertura para poder operar. Sólo logró licencia en 2020, ha confirmado el ayuntamiento a Crónica Global, tras pedirla en 2017.
Desde la industria se alerta de que hubo graves problemas en los accesos, que quedaron en zona inundable, y que se instaló un castillo tipo Humor Amarillo que erizó vellos.
Los gestores del WiZink Center
Eso sí, la diversificación de actividades ha permitido aumentar la rentabilidad del negocio. Además del circuito de pruebas -profesional y amateur- y kárting, el complejo cuenta con el citado parque hinchable y una instalación de paintball que opera con permiso desde el 2021.
Los explotadores son un consorcio que lidera la multinacional de márketing deportivo y de venue management Octagon, que en España está al cargo, por ejemplo, del WiZInk Center de la Comunidad de Madrid. La pata española de la firma la lideran Francesc Xavier Bertrolí y Joan Cuscó, presidente de Octagon España desde 1990. Este último también es colaborador de Naciones Unidas en materia de deporte.
Preguntado por la cuestión, los actuales gestores del circuito se han desvinculado de la disolución. A su vez, la FCM no ha respondido las preguntas de Crónica Global.