Formiga, el vino catalán creado por un farmacéutico que se sirvió en la cena de los Premios Nobel

La bodega Clos Galena es el fruto del tesón y la inquietud de un farmacéutico, Miguel Pérez, que siempre creyó en el potencial de la vid del Priorat. Ahora se cumplen 25 años desde que este proyecto comenzó a caminar, pero él apenas pudo disfrutar del incipiente éxito del negocio.

Viñedo rodeado de bosque

El impulsor se cruzó con la muerte de forma prematura, en 2013, con apenas 54 años, y sin ver cómo el Rey de Suecia bebía su creación en los premios más conocidos. El negocio pasó entonces a gestionarlo su mujer, Merche Dalmau, quien, con tres hijas y en pleno duelo, tuvo que decidir si seguía con los vinos. Dijo que sí, se formó y mantuvo vivo el sueño de su marido, una bodega que desde el inicio busca los caldos de calidad, atrapando la esencia del territorio.

Aunque no fue sencillo, Pérez ya había dejado bien sentadas las bases de la bodega, que comenzó a construir algo más de una década antes, al adquirir unas hectáreas boscosas que convirtió en tierra para el cultivo de la vid. Sin embargo, dejó alrededor una corona de árboles, que actúan como barrera natural ante las amenazas, como los pesticidas de sus vecinos. Ellos no los usan.

Bodega Clos Galena CRÓNICA GLOBAL

Etiquetas artísticas

“Hoy sería imposible realizar tal inversión, tal es el precio del metro cuadrado”, explican desde el lugar. Pero entonces se podía y levantó de la nada una bodega sostenible y ecológica, un concepto innovador que ahora es una referencia en el mercado. Sus responsables cuentan que tiene capacidad para producir alrededor de 100.000 botellas anuales, que destacan no solo por el sabor de su contenido, sino por el diseño de sus etiquetas, en alianza con diversos artistas, otra de las visiones de Pérez.

Sin ir más lejos, su vino más afamado, el Formiga de Vellut, tiene una etiqueta en la que aparecen dibujadas hormigas, algo fuera de lo común, un modelo casi infantil. Pero, gracias a ello, se puede identificar a la perfección, en las pocas fotografías que existen, que ese fue el vino servido en la cena de los Premios Nobel del 2017 en las copas de la realeza y de los demás comensales.

El vino Formiga de Vellut en los Premios Nobel del 2017

El suelo y la DOQ

Fue un distribuidor de Suecia el que hizo el encargo, de 800 botellas, pues la bodega ni se había planteado tal posibilidad. Y fue un éxito, no solo para la marca, sino para poner en valor el conjunto de caldos del Priorat que, por cierto, también notan las consecuencias del cambio climático, como que el periodo de la vendimia se ha reducido de manera considerable.

¿Qué los hace especiales? Aparte del cuidado y la dedicación, básicos en cualquier tarea para lograr el mejor resultado, y el concepto ecológico, la tierra –que perteneció a los monjes cartujos de Scala Dei, por eso la finca se llama Domini Cartoixa– tiene mucho que ver: pocos nutrientes, pero muchos minerales y bajo contenido en nitrógeno.

Merche Dalmau con el vino Formiga CLOS GALENA

El suyo es un producto ecológico de inicio a fin, y debe cumplir ciertos requisitos, muy estrictos, para mantener la DOQ, como la cantidad producida, la recolección manual, la extensión y que el embotellamiento se realice allí mismo. Sin duda, el mejor ejemplo de que la pasión y las ganas eliminan cualquier barrera.