La lista de espera para operarse en Cataluña no baja. Al contrario, ha aumentato un 20% en los últimos 12 años pese al creciente esfuerzo presupuestario que el Govern asegura que destina al ámbito sanitario. Es uno de los datos inquietantes que aporta la radiografía al sistema realizada por el Consell de Treball, Econòmic i Social (CTESC), un ente consultivo de la Generalitat. Alerta de que 154.000 personas esperaban para operarse en el sistema público en 2010 y, 12 años después, eran 184.000. Eso sí, desde el sector recuerdan que los últimos datos están marcados por el covid. El pasado año y el presente, "bajarán".
El informe El sector salud en Cataluña realizado por el organismo señala que, pese a la ingente cantidad de recursos invertidos en el sistema asistencial autonómico (15.300 millones de euros en 2023), la demora quirúrgica no solo no ha bajado, sino que se ha estabilizado al alza.
Las pruebas diagnósticas, peor
El incremento de las esperas en cirugía alcanza un 19,2% en 12 años. Peor aún son los retrasos para hacerse una prueba diagnóstica antes de entrar en el quirófano. El avance es del 70% en ese mismo lapso de tiempo, de 102.000 personas en 2010 a 175.000 en 2022. A esta cifra se le deben sumar otros 461.000 pacientes que aguardaban cita en consultas externas.
Los autores del estudio han destacado que las listas de espera "se mantienen" con respecto a 2019, antes de que estallara la pandemia del coronavirus. Lo que sí crece es el presupuesto del Servicio Catalán de Salud (CatSalut), que se ha incrementado un 37% en los últimos años.
"Marcados por el covid: ya son más bajos"
No obstante, desde el sector sanitario han recordado que las listas de espera de los años pospandemia en Cataluña "están marcadas por el covid". Los dos últimos años --2023 y 2024-- "están en franco descenso gracias a un aumento de la actividad".
De hecho, muchos hospitales ya programan cirugías por la tarde, lo que estaría ayudando a drenar las demoras quirúrgicas. Y el Govern aporta fondos adicionales cada año para financiar esta actividad extra.
Faltan unos 2.300 millones
En cualquier caso, la investigación, que ha presentado hoy el director de Estudios y Economía de Foment del Treball, Salvador Guillermo, ha dibujado el colosal tamaño del sistema sanitario catalán. Es el tercer ecosistema de la economía regional y movió 20.334 millones de euros en 2020. Sólo lo superan el comercio minorista y las actividades inmobiliarias. En empleo, la red asistencial es el tercer campo con más asalariados solo por detrás del propio comercio y el sector turístico: da empleo a 369.000 personas.
Con esta magnitud, la sanidad catalana representa el 6,7% del producto interior bruto (PIB) regional en 2021, un punto por detrás de la media nacional. Para igualar el gasto nacional en salud, la Generalitat de Cataluña debería destinar otros 2.300 millones de euros anuales a mejorar este servicio público esencial.
Cada euro cuenta, ya que el ecosistema sanitario es un buen creador de riqueza y empleo. Los efectos multiplicadores sobre PIB y puestos de trabajo superan a las del resto de industrias, tal y como se reivindica desde el análisis del CTESC. Cada millón de euros invertido en cubrir la demanda produce más de 15 puestos de trabajo, por 14,35 en el resto de la economía.
Colaboración público-privada: "A mantener"
Eso sí, el territorio presenta particularidades. El CTESC calcula que el 24,1% del gasto sanitario en la región va destinado a conciertos. Es la primera comunidad con la cifra más elevada en este capítulo, doblando el registro de la Comunidad de Madrid (11,7%). Casi cuatro de cada diez euros gastados en sanidad (el 37%), van destinados a pagar el personal que lo sostiene.
En este sentido, Guillermo ha recordado la "particularidad" del sistema catalán, y ha apremiado a "conservar el espíritu de la colaboración público-privada" del mismo. Porque ello, ha recordado, garantiza la "autonomía" de los proveedores y la flexibilidad en la prestación.
Ocho puntos más en seguros privados
Y, también, porque los catalanes contratan cada vez más pólizas de salud privadas. Según los últimos datos disponibles en Cataluña, la doble cobertura --sistema público y privado-- alcanza ya el 31,4%, cuando hace una década se quedaba en ella el 24,1% de la población. Sólo Madrid, con un 37,7% de tarjetas de mutuas entre sus ciudadanos, presenta una cifra superior. Estos números no incluyen las coberturas de los funcionarios públicos.
Esta tendencia se da, quizás, porque la satisfacción de los usuarios del sistema se mantiene, pero va ligeramente a la baja. Los ciudadanos daban una nota de 9,3 sobre 10 a sus centros de atención primaria (CAP) y hospitales en 2010. Las últimas cifras la rebajan a 8 sobre diez. Eso sí, las reclamaciones se estancan en torno a las 50.000 al año.