Fin del proyecto. Emilio Cuatrecasas ha enterrado la iniciativa de llenar el Empordà, una de las zonas de veraneo de los ricos catalanes, de hoteles rurales. El presidente de honor del bufete de abogados Cuatrecasas -lo dirigió hasta 2014- ha cancelado la cadena de alojamientos comenzando por el primero, que tenía que abrir en Ullastret (Girona). Oficialmente, la expansión está en stand by, aunque otras fuentes alertan de que se ha detenido porque "los números no daban".
Alertan de ello fuentes del sector hotelero ante la parálisis del primer hotel de la cadena, el que tenía que ocupar la masía protegida de Can Romaguera, una casona de época de 2.500 metros cuadrados situada en la idílica localidad ampurdanesa. Emesa Corporación Empresarial, la firma de inversiones de Emilio Cuatrecasas, anunció su compra en 2017. Tenía que ser la primera pieza de "una cadena de hoteles de alta gama" en el Empordà.
Vacía y abandonada: "Está en 'stand by'"
Pero, siete años después, la masía Can Romaguera sigue vacía y abandonada, confirman las mismas fuentes. Un somero cartel en la puerta recuerda que es propiedad privada, aunque constata la dejadez del coqueto activo, pues recoge la fecha de 10 de febrero de 2017.
Preguntada por la cuestión, Emesa no ha contestado a las reiteradas preguntas de este medio. Sí lo ha hecho a título individual Lory Hansen, directora de Real Estate Development de Emesa en la Costa Brava. Ha admitido que el proyecto "está en stand by porque se han priorizado otras actuaciones".
"No daban los números"
Otras fuentes del sector hotelero han aportado una versión distinta. El hotel de Ullastret, el primero de la cadena chic, no ha abierto porque "se hicieron números, y las cifras no daban". Desde la industria recuerdan que Emesa "trajo a gente a Can Romaguera, incluso arquitectos" a vistar la propiedad para calcular la reforma y reapertura. Tras un tiempo, se desechó.
Por su parte, un portavoz del Ayuntamiento de Ullastret, que gobierna Josep Miquel Gatius (Junts), se ha limitado a confirmar que, "en la actualidad, no hay ningún movimiento" en la masía. Por si quedara alguna duda, el gobierno local independentista ha corroborado que "no hay ningún hotel en Ullastret".
Compra el Hilton del 'pitch and putt' de Gualta
El pinchazo del proyecto de Cuatrecasas en el Empordà, donde tenía previsto invertir siete millones de euros de inicio, tiene un reverso. Emesa sí sacó la chequera para comprar el antiguo Double Tree by Hilton u Hotel Golf Empordà situado en el pitch and putt de Gualta (Girona), con 87 habitaciones y rodeado de dos campos con 18 hoyos. Fue en 2017, pocos meses después de presentar el proyecto de cadena de hoteles rurales.
El hotel-golf sí se ha reformado y ha reabierto. Lo ha hecho con el nombre de Torreverda, arquitectura de Carles Ferrater (OAB), la etiqueta Biosphere Comitted y sin la presencia de Hilton. "Por motivos económicos, parece que Emesa decidió concentrarse en Gualta y dejar de lado la cadena de alojamientos rurales", insisten fuentes cercanas a la inversora.
Cataluña pierde un Relais & Chateaux
Sea cual fuere el motivo, el batacazo de la cadena hotelera de Cuatrecasas en el Empordà ha tenido una pequeña consecuencia para la marca, además de la pérdida inversora. "Can Romaguera y el resto de activos de la cadena buscaban sumarse a la prestigiosa red Relais & Chateaux. Si no abren, esa etiqueta no estará", recuerdan voces del sector.
Con ello, Cataluña se quedará sin el sexto hotel de la elegante marca fundada en Francia en 1941, y que muchos viajeros de nivel buscan para encontrar auténticos remansos de paz y gastronomía. Por ahora, Relais se queda en Cataluña con Mas de Torrent -comprado por Único Hotels, de Pau Guardans-; La Vella Farga en Lladurs (Lleida); Hotel Neri en Barcelona; Hotel Mas d'en Bruno en el Priorat (Tarragona) y Castell de Ciutat en La Seu d'Urgell (Lleida).
Los apartamentos, a medio gas
Hay otra arista. La compra del Golf Empordà por parte del hólding de Emilio Cuatrecasas en 2017 ha dejado otro hilo por enhebrar. Se trata de los 18 apartamentos del club de golf, que también son propiedad de Emesa -como todo el complejo-, pero que han tenido una fría acogida en el mercado inmobiliario desde que se construyeron en 2000. Fuentes conocedoras describen la iniciativa con adjetivos como "tibia" o, directamente, "fracaso".
En la actualidad, algunas unidades se están comercializando con precios que rondan los 500.000 euros.