Primera regata de la Copa América de vela, la preliminar, que por ahora pagarán el Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat de Cataluña. Las dos administraciones han abonado los fees del ensayo de la carrera de regatas, que se estrena este jueves en Vilanova i la Geltrú (Barcelona). Es el gran test para 2024.
Así se desprende de los presupuestos de la Fundació Barcelona Capital Nàutica para 2023, que ya están aprobados, y que consignan que la Administración local (363.000 euros) y la autonómica (2,42 millones) pagan los cánones para poder celebrar el evento previo en el Garraf. Son tasas menores, claro, pues los pagos para la competición en sí misma del próximo año alcanzan, por lo pronto, 24,2 millones. Estas fees las pondrán, de momento, Administración General del Estado (18 millones) y Diputación de Barcelona (6,05 millones).
Coste total: 70 millones
Estas cifras son parte de las primeras cuentas de Barcelona Capital Nàutica, que alcanzan los 31 millones de euros. El ente sin ánimo de lucro cuyo comité ejecutivo preside el empresario Daniel Puig y que dirige Ignasi Armengol como CEO está tratando de hacer un ejercicio de transparencia.
Y buscando también convertirse en agente económico en sí mismo, pues prevé abrir una fuente de ingresos por medio de patrocinios. Será menor, claro, pues las administraciones avisaron de que el coste total cuando se desmonte la Copa América en septiembre de 2024 serán unos 70 millones.
Retraso
Hasta el momento, todos los actores -hasta ocho forman la Capital Nàutica- están cumpliendo en el campo económico, aunque con algunas resistencias. Como explicó Crónica Global, hubo retrasos iniciales en las primeras dotaciones que obligaron a buscar el apoyo del sector financiero.
Ante ello, la parte pública de la Copa está haciendo un esfuerzo de contención financiera, que se complementa con los programas del llamado legado, que buscan que las inversiones tangibles -como el renovado Imax en el Port Vell de Barcelona- o los intangibles dejen huella en la economía catalana.
Desconfianza de los hoteleros
Por lo pronto, la macroestructura de la Copa de las Cien Guineas se testará a partir de hoy mismo en Vilanova. ¿Con qué impacto? Como avanzó este medio, la regata de entrenamiento ha atraído algunos megayates a la ciudad litoral, con el consiguiente dispendio que provocan pasajeros y tripulaciones.
En el campo de la restauración sí se prevé una huella mayor, por bien que desde el sector hostelero avisan de "las dificultades de acudir a comer, porque está todo cortado". No en vano, la seguridad es máxima, con más de 500 agentes de Mossos d'Esquadra desplegados. Asimismo, queda por ver la factura generada en la industria hotelera. Desde el sector, no obstante, recuerdan que "Vilanova apenas tiene planta, porque los que ganan son los hoteles de la vecina Sitges, comenzando por el ME by Meliá".
"Un ensayo"
Sea como fuere, la cita náutica que arranca al sur de Barcelona este jueves es el ensayo general de lo que ocurrirá en la Ciudad Condal el próximo verano, destacaba ayer un directivo del sector. En todos los planos, incluyendo el económico, pero también en el operativo y de seguridad.
Y también en el de la oposición vecinal. Metrópoli avanzó hace unos días la creación de una plataforma contraria el evento. Como en Barcelona, la capitanea el entorno de la CUP, que rechaza la carrera y sus posibles impactos en el tejido vecinal. Pero hasta el momento, la competición ha sorteado a los críticos, abordando otros desafíos más apremiantes.