Fairmont Hotels & Resorts ha pedido 19 millones de euros para abandonar el hotel Juan Carlos I de Barcelona y cederlo a Meliá. La cadena canadiense ha denunciado la rescisión de contrato ante la justicia, en una acción legal que busca permanecer como gestor y cortar el paso a la cadena balear.
Los argumentos de Fairmont se han sustanciado hoy mismo en el juzgado de Lo Mercantil número 11 de Barcelona, donde la firma hotelera se ha visto las caras con la nueva propiedad del Juan Carlos I, Tyrus Capital. En la vista, intermediada por el juez José María Fernández Seijo, la marca hotelera ha defendido su voluntad de permanencia en Barcelona y, más concretamente, en el Juan Carlos I, donde tiene contrato hasta 2039.
"Proyecto para Barcelona"
Lo que se juzgaba hoy en una desértica Ciudad de la Justicia de L'Hospitalet de Llobregat es, precisamente, si Fairmont puede quedarse en el hotel Juan Carlos I hasta 2039, como estipulaba su contrato hasta ahora, o si Meliá puede entrar de gestor en virtud de su acuerdo con Tyrus Capital, el nuevo propietario.
Y para convencer al juez, los representantes de la canadiense han esgrimido el contrato, sí, pero también su "compromiso" con la Ciudad Condal. Y también han argumentado que, por un lado, son una cadena más "internacional" que Meliá, por lo que su capacidad para atraer a turistas de nivel es mayor. Y que su tamaño es mayor, por lo que pueden "explotar" mejor un hotel de 430 habitaciones, incluyendo una treintena de lujosas suites.
Beneficios frente a excepcionalidad
Asimismo, desde Fairmont se ha recordado que los cinco años en los que actuaron de gestores (2015-2019) el Juan Carlos I "arrojó beneficios", a diferencia de etapas anteriores.
Por contra, Barcelona Project's SA, la sociedad del resort urbano que ahora rige Tyrus, ha recordado al juez que fue a concurso de acreedores, y ello la obligó a activar algunas provisiones legales para evitar la defunción de la sociedad. Y, de hecho, la mercantil ha salido de concurso, está reformando el hotel y prepara su reapertura en dos etapas.
La negociación no dio resultados
Desde la nueva propiedad admiten que negociaron con Fairmont, pero no se llegó. un acuerdo. Ante ello y la situación límite de la sociedad, se entablaron conversaciones con la cadena balear, y sí se alcanzó un pacto de forma veloz.
Es de este desacuerdo de donde nace el pleito a dos: Tyrus Capital y Meliá, por un lado, y Fairmont, por la otra. Fuentes judiciales han recordado que en un contexto empresarial normal, la firma canadiense tendría las de ganar, pues su contrato estaba en vigor cuando aterrizó su rival balear. "Pero es que la situación no era normal. Era un concurso de acreedores, y había que salvar a una empresa y a más de 300 puestos de trabajo", detallan.
El concurso en superó en primavera, como avanzó este medio, pero quedó la espinosa cuestión del explotador. Es el pleito pendiente que se ha celebrado hoy.