El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite un recurso de la compañía de VTC Auro contra una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) que le impedía romper su acuerdo de exclusividad con Cabify. En caso de prosperar, el recurso podría acabar legitimando las operaciones que ya lleva a cabo con otras empresas como Uber o Bolt, y poner en cuestión el modelo de negocio de Cabify.
Auro tiene actualmente unas 1.100 licencias de VTC en Madrid -el 15% de las 7.000 que operan en la capital- y su intención es que la justicia les permita operar también con otras compañías.
Revisión de la sentencia
En una providencia fechada el 22 de mayo, el Constitucional justifica su decisión de revisar la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid aduciendo "una especial trascendencia constitucional" que puede dar ocasión al tribunal para aclarar o cambiar su doctrina. Por ello, se ha dirigido al TSJM para que, en un plazo máximo de diez días, remita toda la certificación del procedimiento fallado en 2021.
En aquella ocasión, los jueces dieron la razón a Cabify, anulando un laudo arbitral previo que sí daba a Auto New Transport Concept (Auro) la libertad de poder operar con cualquier otra empresa de vehículos VTC.
Fuentes del sector detallan que la decisión del Constitucional está vinculada más a una cuestión de forma que de fondo, ya que entrará en el caso para decidir si el TSJM está habilitado para anular laudos arbitrales, algo que no suele ocurrir.
Proceso
Si el Constitucional concluye que esa sentencia no tendría que haberse realizado, el caso volvería a la situación en la que se encontraba con el resultado del laudo arbitral, que anulaba el acuerdo de exclusividad.
En enero del año pasado, otra filial de Auto New Transport Concept, Cibeles, anunció la marcha de hasta 1.000 de sus vehículos de Cabify a Uber, medida ante la cual la primera interpuso medidas cautelares, al suponer en ese momento hasta el 20% de su flota en Madrid.
En marzo de 2020 se produjo un conflicto parecido entre Cabify y Auro cuando esta última anunció otra desconexión de vehículos, algo que la primera llevó a arbitraje.
Origen del conflicto
La pugna entre Auro y Cabify se remonta a 2019 a causa del contrato comercial entre ambos, dado que una cláusula de exclusividad obligaba a Auro a operar sus licencias sólo con Cabify. Algo que Auro consideró negativo al tener pérdidas todos los meses, pues a su modo de ver Cabify concedía pocas horas de ocupación a los coches.
Este tipo de desencuentros comerciales llevaron a Auro a crear su propia aplicación, Auroapp, y en junio de 2019 Cabify demandó a Auro a través de un arbitraje, en el cual solicitó cerrar la aplicación y una indemnización millonaria que rondaba los 50 millones de euros. El tribunal de arbitraje dejó sin efecto el pacto de exclusividad suscrito con Cabify, por lo que permitía a Auro trabajar con plataformas rivales como Uber.
Pero después del primer logro en arbitraje, el TSJM de Madrid tumbó esa decisión, hecho que obligó a Auro a recurrir al Constitucional, que ahora ha admitido a trámite el recurso de amparo.