Las olimpiadas del 92 convirtieron Barcelona en una de las grandes ciudades turísticas del mundo. Treinta años después, la capital se mira ante el espejo para mantener en alto este pabellón. En las jornadas DespertaBCN!, la presidenta de Trea Capital Partners, Rosa Cañadas, y el director del Gremio de Restauración de Barcelona, Roger Pallarols, han compartido sus reflexiones entorno a esta cuestión con una posición compartida: hace falta más gobernaza a largo plazo y acabar con la demonización de los actores privados.
"El turismo en Barcelona va bien. Las previsiones para este año son extraordinarias. Pero hay que gestionar y no solo imitar, anticipar en vez de improvisar. Hay que tener un proyecto turístico muy claro, que no quiere decir solo promoción turística", ha reclamado Cañadas. Para ello ha propuesto "diversificar" la oferta de alojamiento y servicios que tiene la urbe para "descongestionarla". Además, ha remarcado que la tasa turística debe tener un retorno claro en la ciudadanía para aliviar las quejas de los vecinos.
Contra el decrecimiento
Pallarols ha recogido estas propuestas y ha puesto en valor la aportación de riqueza que representa el sector en la metrópolis. "Llevamos demasiado tiempo, creo que muy equivocadamente, cuestionando nuestro éxito. Los que conocimos la Barcelona preolímpica sabíamos lo que era un éxito internacional. Nos sobran complejos. A veces hemos dado demasiado eco a voces muy legítimas que proponen modelos de decrecimiento que hacen una enmienda a la totalidad", ha lamentado.
La buena salud de la industria, no así del acompañamiento institucional, se ha ejemplificado con la fugaz visita de Barack Obama y Steven Spielberg para disfrutar del concierto de Bruce Springsteen. "Una prueba de la importancia del turismo norteamericano", ha apuntado la presidenta de Trea Capital Partners.
Ampliar el aeropuerto, clave
Ahora bien, Cañadas también ha puesto el dedo en la llaga: para garantizar que Barcelona siga entre las destinaciones globales más visitadas. "La ampliación del aeropuerto es muy importante si queremos llegar al mercado estadounidense y asiático. Estoy segura que si Aena se hubiera sentado con las Administraciones hubiéramos encontrado una solución. Hemos perdido tiempo y ahora tenemos que correr. Además, aviones siempre va a haber y serán menos contaminantes", ha dicho.
El mensaje lanzado por la empresaria es claro: Barcelona no debe (ni puede) permitirse ser una "ciudad antipática". Pallarols ha reflexionado: "Lo revolucionario sería sustituir la cultura del enfrentamiento con el de la moderación".
Colaboración público-privada
Ambos ponentes han coincidido en que la colaboración público-privada es indispensable, siempre y cuando no termine en un ordeno y mando.
¿Qué debe pasar tras las próximas elecciones municipales? "Hay que reunir a los principales agentes de la ciudad y que el ayuntamiento nos diga: en qué os puedo ayudar, qué necesitáis para facilitar el desarrollo, la inteligencia y la creatividad de los operadores", ha propuesto Pallarols. "Necesitamos un cambio de chip", ha rematado.