El presidente de Agbar, Ángel Simón, ha hecho un llamamiento a estrechar lazos entre lo público y lo privado en las jornadas DespertaBCN!. El primer directivo de la compañía ha lamentado que "algunos sectores lanzan un ataque directo contra las empresas" cuando, a su juicio, debería remarse en dirección contraria. En este punto, ha coincidido con el vicepresidente de la Fundación "la Caixa", Juan José López Burniol, quien ha sido más directo: "El Gobierno utiliza a veces un lenguaje de clara agresión verbal".
"Nunca he sido partidario ni de las guerras ni de la confrontación", ha resumido Simón. "Soy un serio partidario de la colaboración público-privada. En general, las empresas tienen una buena reputación. Durante el Covid se pudo funcionar gracias a que las empresas participaron en que el país funcionara. Por eso, las empresas están en el primer lugar en el indice de confianza de las personas", ha explicado.
"Capitalismo social"
Tanto la Fundación "la Caixa" como Agbar son claros exponentes del "capitalismo social", como lo ha definido Burniol. "Somos conscientes de que hay personas que no pueden pagar el agua. Hay que subvencionarlos y devolverles la dignidad", ha ejemplificado Simón. De hecho, la concesionaria celebra anualmente desde 2021 una junta general de grupos interés para compartir sus programas de impacto social.
Burniol ha abundado en las responsabilidades corporativas más allá del dividendo: "Hace falta un nuevo contrato social en que las empresas asuman una nueva función social directa". La Fundación "la Caixa" tiene credenciales centenarias en esta meta: "El fundador de la Caja de Pensiones, Francesc Moragas, tenía una idea clara. Somos un ensayo de capitalismo social. La Caixa es en el inicio una entidad financiera que desarrolla además una actividad social".
La sequía, enemigo compartido
Además, su propia forma jurídica facilita la miríada de iniciativas impulsadas por la entidad privada: "El objetivo fundamental de la fundación no es crear valor para el accionista y tiene una ventaja: el dinero que recibe puede emplearlo como quiera". El notario ha sacado números: "En Caixabank, el 30% es de la fundación y el 17% es del Estado. Por tanto, el 47% de los beneficios se van a una destinación social en un sentido amplio".
En el debate se ha colado una de las cuestiones candentes de la actualidad: la sequía. Agbar ha puesto a disposición de la Administración su tecnología de regeneración para incrementar los recursos hídricos en Barcelona. "Tenemos el conocimiento, la capacidad de gestión y toda la tecnología. Necesitamos gobernanza", ha dicho.