Golpe de efecto de Iberdrola en México, que dejará de ser uno de sus principales mercados tras décadas de inversiones en el territorio. La energética ha alcanzado un acuerdo con el fondo Mexico Infrastructure Partners (MIP), vinculado al Estado, para el traspaso de la gran mayoría de las plantas de ciclo combinado que controla en el país azteca, en una operación que le reportará ingresos aproximados de 6.000 millones de dólares (cerca de 5.500 millones de euros, al cambio actual).
En concreto, los activos que se incluyen en el acuerdo se corresponden con 8.400 MW de capacidad instalada en centrales de gas, el 90% de la cartera de Iberdrola en el país, y algo más de 100 MW en desarrollos eólicos. En total, la desinversión supone deshacerse de algo más del 80% de la potencia de la energética en el que hasta ahora se ha mantenido como una de sus cinco grandes plazas (junto a España, Reino Unido, EEUU y Brasil).
Fricciones con AMLO
La operación llega tras varios años de fricciones y desavenencias con el Gobierno local y su líder, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien ha atacado con frecuencia a los grandes inversores internacionales, bajo acusaciones de aprovecharse de los recursos del país para engordar sus beneficios.
México ya quedó en un lugar residual en el plan estratégico 2021-2025 de Iberdrola, revisado recientemente, caracterizado por voluminosas inversiones (superiores a los 10.000 millones anuales), en las que el mercado azteca quedaba en un discreto segundo plano.
Sigue en renovables
No obstante, Iberdrola manifiesta, en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y los medios, que proseguirá con sus inversiones en México, en el segmento de las energías renovables, aunque sin detallar la cuantía.
En la actualidad, la capacidad instalada de Iberdrola en México en activos ‘verdes’ se sitúa en torno a 1.150 MW, que se reducirán cuando se cierre la operación, que supone una salida efectiva del país.
Reunión con AMLO
Aun en este contexto, ambas partes han escenificado un escenario de alianza a través de una reunión que han mantenido este martes Galán y AMLO en torno al principio de acuerdo alcanzado para articular la operación.
La compañía energética ha remitido a los medios un segundo comunicado en el que explica que tanto la desinversión como el citado encuentro representan el inicio de una nueva etapa de Iberdrola en México, en la que se centrará en desarrollar sus activos renovables y contribuir al proceso de transición energética del país.
“Iberdrola México seguirá prestando servicio a sus clientes actuales y, ambas partes trabajarán conjuntamente para tratar de resolver las distintas controversias abiertas en el país en los últimos años”, asegura la nota, que va acompañada de una fotografía del encuentro.
Sin embargo, el comunicado no menciona planes concretos ni cifras de inversión comprometidas, a diferencias de los diversos mensajes difundidos por Iberdrola a lo largo de los últimos meses, en los que refiere los numerosos encuentros mantenidos por Galán con los jefes de Gobierno de los principales países por los que apuesta.
Flexibilidad
Además de imágenes del ejecutivo junto Luis Inazio Lula da Silva (recientemente elegido presidente de Brasil), Runi Sunak (‘premier’ británico), Antonio Costa (primer ministro de Portugal) y el mismísimo presidente estadounidense, Joe Biden, Iberdrola detalla en cada uno compromisos de inversión milmillonarios, con cifras y detalles, en función de su encaje en el plan estratégico.
De hecho, el comunicado recoge palabras de Galán en las que, lejos de ofrecer dato alguno, muestra su agradecimiento al Gobierno mexicano por su flexibilidad para hacer posible el acuerdo de desinversión.
“Iberdrola considera a México un país estratégico con potencial de crecimiento y expansión donde mostrará su apoyo a México y al Estado desarrollando capacidad renovable”, señala el ejecutivo.