La pesadilla para los sufridos tenedores de un préstamo hipotecario a tipo variable está lejos aún de llegar a su final, pero, al menos, lo que sí se vislumbra es que el ritmo de avance ha tocado techo y que, a partir de este abril, las temidas revisiones o repreciaciones serán más moderadas. Así parece indicarlo el hecho de que el diferencial del euríbor mensual respecto al de hace 12 meses, la referencia que se tiene en cuenta para calcular la parte variable de las hipotecas, se ha estacando en marzo respecto del mes anterior en torno a 3,85 puntos.
Se trata de una circunstancia que no se había dado en los últimos 15 meses, concretamente desde enero de 2022, cuando el euríbor comenzó a encadenar alzas consecutivas, que le hicieron pasar de un mínimo histórico del -0,502% en diciembre de 2021 al 3,648% en el se ha situado la media de marzo, que supone la cota más elevada desde 2008.
Sin avances frente a febrero
Sin embargo, lo que empieza a marcar un cambio de tendencia es la comparación con la media de marzo del pasado año, cuando el tipo de referencia para la mayoría de los préstamos en la zona euro, incluidos los hipotecarios, se situó en el -0,237%.
De este modo, el diferencial que se aplicará a las hipotecas que se revisen este mes será de 3,88 puntos; una proporción muy elevada, pero que, sin embargo, es prácticamente idéntica a la que se dio en febrero, cuando el diferencial quedó marcado en 3,86 puntos.
Para hacerse una idea de la evolución de estos diferenciales, en enero de 2022 se produjo la primera subida desde mediados de 2020, y fue de apenas 28 puntos básicos; en febrero, subió hasta 166 y en marzo ya se situó en 250 puntos básicos.
De ahí en adelante, los avances en este diferencial fueron en aumento, dado que el mercado comenzaba a descontar por entonces las primeras subidas de tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) aún no había decidido, pero a las que estaba abocado, debido a la presión añadida a la inflación que suponía el estallido de la guerra en Ucrania.
Verano de locura
El máximo incremento del diferencial en un mes respecto del anterior se dio el pasado septiembre, cuando el BCE ya había procedido a ejecutar las históricas subidas de 75 puntos básicos en el precio oficial del dinero, inéditas hasta entonces en los más de 20 años de existencia del organismo emisor.
En septiembre de 2022, el diferencial del euríbor se fue nada menos que a 2,72 puntos, prácticamente un punto más que el que se había registrado en agosto (1,74 puntos). Este enorme salto se debió al que experimentó el tipo entre ambos meses, que alcanzó los 984 puntos básicos (del 1,249% de agosto al 2,233% de septiembre).
A ritmo sostenido
A partir de entonces, la escaldada del euríbor se moderó y lo mismo sucedió con los diferenciales de mes en mes, aunque las distancias seguían siendo significativas.
Sin ir más lejos, en octubre la evolución del tipo a 12 meses se fue hasta los 3,1 puntos y en noviembre alcanzó 3,31 puntos; distancias netamente inferiores a las del tercer trimestre, pero que se mantenían por encima de los 200 puntos básicos.
Señales de mercado
Números que contrastan de modo significativo con lo sucedido en marzo de 2023 respecto a febrero. Un estancamiento que “podría ser una señal de que el mercado empieza a descontar que las subidas de tipos por parte del BCE han llegado a su fin o que, quizá, no vayan a prolongarse más de una próxima de 25 puntos básicos”, apuntan desde el departamento de riesgos de un banco español, desde el que centran la atención sobre las cifras del IPC armonizado de los próximos meses.
“Si la subida de los precios mantiene la tendencia a la moderación que hemos visto recientemente, el euríbor proseguirá su corrección de forma paulatina”.
Pendientes de la inflación
Las cifras provisionales del mes de marzo en España publicadas recientemente por el INE apuntan, en efecto, a una clara desaceleración en la subida de los precios, aunque también hay que tener en cuenta el efecto de la fuerte subida que experimentaron hace 12 meses debido al impacto del inicio del conflicto bélico, que se vio reflejado sobre todo en unos costes de la energía que, en los últimos meses, marcan una tendencia descendente.
En cualquier caso, las estimaciones del BCE también van en la línea de una progresiva corrección del IPC; tras la última reunión del consejo de gobierno, el emisor no habló abiertamente de una decisión concreta en el próximo encuentro y emplazó a un análisis exhaustivo del comportamiento de los precios y la evolución de la economía para terminar de tomar una decisión.