El fondo The Children’s Investment Fund (TCI) está dispuesto a acaparar el protagonismo en la próxima junta de accionistas de Cellnex, en la que pretende dar un golpe de efecto para modificar el gobierno corporativo de la compañía y hacer valer su actual posición como primer accionista. A tal fin, el inversor ha modificado el esquema que emplea habitualmente s la hora de tomar posiciones en un valor, con un mayor peso de la participación directa a través de acciones.
La pasada semana, TCI actualizó el estado de su participación en Cellnex, con lo que el mercado pudo conocer que el fondo controla algo más del 9% del capital de la empresa de infraestructuras de telecomunicaciones, frente al 7% que afloró el pasado mes de agosto.
Más del 3% en títulos
Sin embargo, un aspecto igualmente relevante de este movimiento es el hecho de que algo más de un tercio de esta participación se corresponde con la tenencia de títulos de Cellnex, una circunstancia que no es habitual en el fondo, toda vez que una proporción muy amplia de sus posiciones se articula a través de instrumentos derivados (contratos de futuros, swaps, etc).
De hecho, esta actualización está motivada precisamente por el hecho de que TCI superó el umbral mínimo del 3% con títulos físicos, a partir del cual los inversores están obligados a dar cuenta a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Hasta la fecha, ese porcentaje no había superado el 1,5%, aunque la participación total ya se elevaba por encima del 7%.
"Gobierno corporativo pobre"
Esta comunicación llegó acompañada de una carta firmada por el fundador y primer ejecutivo del fondo, Christopher Hohn, y dirigida al consejo de administración de Cellnex en la que criticaba con dureza a la compañía por la demora en el relevo de Tobías Martínez, consejero delegado de la cotizada que a comienzos de enero anunció su marcha para finales del primer semestre.
Hohn aseguraba además que Cellnex no era capaz de aprovechar todo su potencial y lo achacaba a un “gobierno corporativo pobre”, hasta el punto de que solicitaba la renuncia de tres consejeros, entre ellos el por entonces presidente no ejecutivo, Bertrand Kan, y el nombramiento de un representante del fondo.
El pasado lunes, el consejo de Cellnex tomó nota de la comunicación de TCI y acordó el cese de Kan, aunque también decidió mantenerle como vocal independiente y no modificó la situación de los otros dos miembros del órgano de gobierno señalados por Hohn en su misiva: Peter Shore y Alexandra Reich.
La respuesta del primer accionista de la compañía no se ha hecho esperar; apenas unas horas después, se ha pronunciado a través de un mensaje transmitido a la agencia Bloomberg en el que se opone al hecho de que Kan no haya perdido la condición de consejero.
La gran apuesta tras Aena
El malestar de TCI y la falta de sintonía con el actual consejo es más que evidente, lo que conduce a un posible escenario en el que el fondo acapare el protagonismo en la próxima junta, con la propuesta de cambios drásticos en el gobierno corporativo de la compañía; algo que su condición de accionista significativo le permite.
Conocido por su papel activista, el fondo ha encontrado en Cellnex su gran apuesta en España después de su participación en el proceso de privatización de Aena, en el que logró rentabilidades más que notables.
A precios actuales de mercado, la participación del fondo en Cellnex está valorada en algo más de 2.200 millones de euros; aunque la cifra no se corresponde con la inversión real, dado que dos tercios de la participación se articula a través de derivados, sí da idea de la dimensión de la apuesta, que incluso supera a la que hizo por Aena.
De hecho, a diferencia de sus otras participaciones, en el gestor de la red pública de aeropuertos sí tuvo representación en el consejo, a través del propio Chris Hohn, hasta que su participación en forma de acciones se redujo al borde del umbral del 3%.
Contraste con Ferrovial
En su etapa como consejero, Hohn tuvo un papel muy activo, pese a la presencia de un socio mayoritario como el Estado, y lideró la pelea de Aena en los tribunales contra el esquema tarifario decretado por el Gobierno. Precedentes que invitan a pensar que TCI no va a dejar de intentar hacer imponer sus tesis en Cellnex con el objetivo de obtener la máxima rentabilidad.
Una estrategia que contrasta notablemente con la que sigue en Ferrovial, en la que aflora una participación de algo más del 6%. En este caso, el porcentaje que controla a través de acciones no alcanza ni el 1%. A diferencia de lo que sucede en Cellnex, TCI está más que satisfecho con la marcha de la compañía y su gobernanza, incluida la decisión de trasladar la sede social a Países Bajos, que el fondo apoya firmemente. En un artículo publicado al respecto de esta medida en Financial Times, un representante del inversor calificaba al presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, como “un visionario”.