Naturgy considera oportuno mantener el calendario de cierre de las centrales nucleares acordado hace casi cuatro años entre las operadoras de los reactores y el Ministerio de Transición Ecológica. Su presidente, Francisco Reynés, cree que no se ha dado ninguna circunstancia que motive un cambio en el protocolo de 2019, pese las insistentes voces que instan a prolongar el funcionamiento de estas plantas.
“Nosotros hacemos los planes según el actual protocolo, que sólo debe cambiar si hay algo que lo motive; a día de hoy no ha pasado nada que obligue a cambiarlo”, ha señalado de forma tajante.
Contraste con Endesa
Durante su intervención en los Desayunos Esade, organizados por la escuela de negocios en Madrid, el ejecutivo ha indicado que el sistema español debería poder hacer compatible la instalación de nueva potencia de fuentes renovables con el progresivo cierre de las centrales nucleares sin poner en riesgo el suministro.
Una opinión que no es compartida por todo el sector y con la que discrepa especialmente Endesa y su accionista mayoritario, la italiana Enel. Su consejero delegado, Francesco Starace, incidió hace unos días en la necesidad de modificar el calendario para ampliar la actividad de las plantas más allá de 2035, en una entrevista que concedió a El Economista.
Tres elementos inseparables
Además, Reynés ha expuesto su visión general del sector basada en tres factores que, según ha advertido, deben considerarse en conjunto: la seguridad del suministro, un coste moderado y un modelo sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Reynés ha incidido en que con frecuencia echa de menos planteamientos que consideren los tres elementos al mismo tiempo. “Siempre se habla de ellos pero con el foco puesto en unos o en otros y hay que considerarlos conjuntamente porque deben convivir”.
Transformación relevante
El presidente de Naturgy ha destacado el “proceso de transformación muy relevante” que está llevando a cabo el sector, que se plasma en una actividad reguladora, tanto en España como en el ámbito de la Unión Europea sin precedentes.
Un escenario normativo que, a juicio de Reynés, debería estar despejado cuanto antes toda vez que augura un próximo invierno complicado en Europa, derivado de las consecuencias de la guerra en Ucrania.
El próximo invierno, complicado
“Se ha hablado mucho de este invierno pero el complicado de verdad va a ser el próximo. El principal proveedor de gas, que es Rusia, no estará y no sabemos aún de dónde podrá venir todo ese gas”.
Porque si algo tiene claro Reynés es que “dejar de utilizar el gas es imposible”, tanto por el coste que supondría renovar todas las instalaciones existentes (que sólo en España ha cifrado por encima de los 100.000 millones de euros) como por la capacidad del combustible de generar calor para el funcionamiento de industrias como la cementera, “que a día de hoy está fuera del alcance de la electricidad”.
Apuesta por el biogás
Eso sí, al mismo tiempo el ejecutivo apuesta por rela reducción de emisiones, por el desarrollo de productos como el biogás, que cuenta con la ventaja de poder aprovechar muchas instalaciones ya preparadas para el gas natural convencional.
“El gas hay que hacerlo verde, pero tendrá que seguir empleándose”, ha sentenciado, para hacer hincapié también en la importancia de los ciclos combinados en los meses anteriores para garantizar el suministro, ante una temporada seca y de escasa eolicidad. “Aunque no sea un mensaje amable, el gas ha contribuido decisivamente a asegurar el suministro”.