El País y La Vanguardia son prácticamente los únicos periódicos que resisten la marcada decadencia de los diarios de papel entre los medios generalistas de toda España. Pero más sangrante es el dato si se pone el foco en el mercado catalán, donde la cabecera de Godó barre a sus teóricos competidores; El Periódico y Ara apenas venden ya ejemplares físicos, según los datos del 2022 publicados por OJD y consultados por Crónica Global.
El cambio de hábitos del consumo informativo es evidente con el auge de las nuevas tecnologías y, en especial, con la aparición del teléfono móvil con conexión a internet. No es casual, pues, el constante goteo de cierre de quioscos y su reconversión en otro tipo de servicios, porque el acto de ir a comprar el periódico por la mañana es cada vez más residual, y ello repercute en las empresas editoras, que se resisten a enterrar la oferta en papel, entre otras cosas porque sigue siendo un formato atractivo para los anunciantes, y también buena fuente de subvenciones. Sin embargo, en este camino hacia la total digitalización, como en todos, siempre hay quien se adapta mejor y quien lo lleva peor.
Menor consumo informativo
Los datos hablan por sí solos. Y vaya por delante que todos los periódicos de papel han perdido lectores en el último año, según OJD. En este sentido, y aparte del cambio de hábitos, hay que entender el contexto actual, en el que se aprecia un periodo de menor consumo informativo después de los agotadores y angustiantes años de procés y de pandemia. Pero también es evidente que algunas cabeceras resisten mejor que otras esta travesía por el desierto, mientras se apuestan cada vez más recursos a la edición digital.
Los siguientes valores ayudan a comprender mejor el cambio de paradigma. En 2016, el periódico generalista más leído era El País, con una difusión media de 215.000 ejemplares diarios. En 2022, esa cabecera también se mantuvo como la más consumida en papel, con una media de 58.000 ejemplares por jornada, sumadas las suscripciones y ventas en el quiosco. En paralelo, el diario de Prisa se vanagloriaba recientemente de haber superado los 250.000 suscriptores web, apenas dos años después de haber apostado por el modelo de contenido online de pago, igual que hicieron entonces muchos otros digitales.
Batacazo de 'El Periódico' y 'Ara'
Por su parte, La Vanguardia, periódico fundado en 1881 --aunque no es el más antiguo de los que se editan hoy--, fue el segundo más leído en papel en 2022, con una difusión cercana a los 54.000 ejemplares diarios, siempre según la Oficina de Justificación de la Difusión. En el mercado catalán, eso supone que el diario de Godó se vendió tres veces más que El Periódico (17.813 copias al día) y más de cinco veces más que el Ara (10.100), que incluso fue superado por El Punt Avui (11.652) el pasado año. Las caídas relativas fueron igualmente superiores en estos últimos casos, con porcentajes de hasta dos cifras.
En detalle, las ventas ordinarias de La Vanguardia menguaron un 6,5% en 2022 en comparación con el año anterior, y las de los domingos, un 8,9%, mientras el rotativo se erige como uno de los tres más consultados en internet, donde rivaliza con cabeceras tradicionales y con nativos digitales. En el caso de El Punt Avui, estos descensos fueron del 8,2% y del 9,4%, respectivamente. Por el contrario, los desplomes del diario de Prensa Ibérica y del Ara superan los dos dígitos, en especial el primero; los batacazos de El Periódico fueron del 13% y del 16,7%, mientras que los del rotativo nacionalista se quedaron en el 10,9% y 13,6%. El retroceso medio de la prensa impresa fue de alrededor del 7%.
Subvenciones y publicidad institucional
Todos ellos, en cualquier caso, reciben pingües subvenciones de la Generalitat y mayores ingresos por publicidad institucional, aunque no siempre estas cifras se corresponden al número de lectores. En el primer apartado, el de las subvenciones para ediciones impresas, el más beneficiado es La Vanguardia, con 513.000 euros, seguido de El Punt Avui (334.000 euros), Ara (310.000 euros) y El Periódico (231.000). En cambio, las posiciones cambian si se mira la publicidad recibida para el papel: 1,44 millones para el rotativo de Godó; casi lo mismo, 1,29 millones, para el de Prensa Ibérica pese a que se lee tres veces menos; 783.000 euros para El Punt y 416.000 euros para el Ara, medio propiedad de Ferran Rodés, miembro de la familia que pilota el grupo de publicidad Havas Media en España.
Por último, hay que encuadrar también estos datos en los constantes movimientos que atraviesa el sector en su conjunto y también cada medio en particular. Por ejemplo, El Periódico ha cambiado varias veces de director en los últimos años, al tiempo que en 2021 rediseñó su imagen para modernizarla y hacerla más atractiva, con el objetivo de conseguir nuevos públicos, pero el mensaje no ha calado, como expresan las ventas de ejemplares físicos. Recientemente, además, ha alejado su redacción del centro de Barcelona, hasta la Zona Franca, en un contexto de recortes para asegurar la viabilidad del negocio. En el caso del Ara, en los últimos años ha moderado algo sus postulados nacionalistas, con acusaciones incluso de censura de algún artículo, lo que puede explicar en parte su retroceso.