Con él llegó el escándalo. Tradicionalmente, el presidente de la CEOE, la patronal de patronales, ha sido una figura caracterizada por la discreción, el trabajo en la sombra y alejado del foco mediático, algo que contrasta con la figura de Antonio Garamendi. Casi recién estrenado su segundo mandato al frente del lobby empresarial, una nueva polémica con motivo de su revisión salarial ha derivado en polémicas declaraciones que vuelven a sacudir un entorno nada acostumbrado a estas vicisitudes.
La última sacudida a cuenta de las palabras de Garamendi se ha producido en las últimas horas, cuando en una de las comparecencias televisivas que ha tenido en la mañana de este miércoles se ha defendido de los ataques recibidos por su revisión salarial con una comparación de dudoso gusto y excesivamente utilizada: “es como cuando hay una violación y dicen que la chica llevaba minifalda”.
A vueltas con la retribución
Unas declaraciones que, además, aparecen en el clima de tensión generado por los efectos que ha tenido la entrada en vigor de la llamada “Ley del ‘sólo sí es sí’” en la reducción de condenas a violadores y abusadores sexuales.
Pero no es la primera vez que la retribución de Garamendi es objeto de controversia ni tampoco que sus palabras actúan como gasolina para un gran incendio declarado en la esfera pública.
Exceso protagonismo mediático
Tras imponerse en las elecciones a la presidencia de la gran patronal en 2018, una de las primeras medidas aprobadas fue el establecimiento de una remuneración por su labor al frente de la organización, que ya generó un cierto revuelo en el exterior pero, especialmente, de puertas hacia dentro.
No fue lo único que llamó la atención de Garamendi en el seno de CEOE y en el plano negativo. También lo hizo lo que entonces ya se consideró un excesivo protagonismo mediático y una cierta incontinencia verbal que chocaba con el perfil que tradicionalmente se ha preferido en la casa.
El bombazo con los indultos
Tras la llegada de la pandemia y las múltiples negociaciones con el Gobierno y los sindicatos para la adopción de medidas de protección a los ciudadanos, las empresas (especialmente pymes y autónomos) y la actividad económica, Garamendi fue acusado internamente de ser en exceso condescendiente con el Ejecutivo y la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.
Un clima de tensión que terminó de estallar cuando a mediados de 2021, Garamendi fue preguntado en TVE, en una de sus múltiples comparecencias ante las cámaras, por la posibilidad, ya por entonces latente, de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, promoviera el indulto para los líderes independentistas encarcelados por la sentencia del procés.
Llanto en la asamblea
Aquel “bienvenido sea si sirve para traer la paz” generó precisamente todo lo contrario, tanto en las filas de la patronal como en la de las formaciones políticas más beligerantes con el movimiento separatista. Para colmo, trascendió que días atrás había recibido la Gran Cruz del Mérito Militar por parte de un departamento gubernamental como es el Ministerio de Defensa.
Poco después, durante su discurso en la asamblea general de la CEOE, Garamendi rompió a llorar, fruto de la tensión provocada por la críticas que había recibido por aquellas palabras.
Parados faltos de "aptitud y actitud"
Algunos vieron un punto de inflexión en aquel momento; el empresario vasco comenzó a ser más duro en sus negociaciones con el resto de agentes sociales y el Gobierno y rechazó determinados “trágalas”, algo que fue valorado por el ala más dura de la organización, la que habitualmente le ha afeado un talante que consideran “en exceso dialogante”.
Pero resultó ser un espejismo. A Garamendi le ha seguido perdiendo la tendencia por aparecer en los medios y poco antes de llegar al fin de su primer mandato volvió a ser el foco de la polémica al señalar, al respecto de la falta de personal que estaba detectando el sector de la hostelería, que “a los parados españoles les falta actitud y aptitud” para trabajar en ese ámbito.
Elecciones y vuelta a empezar
Pese a que esperaba una reelección por aclamación, finalmente hubo de afrontar un proceso electoral en noviembre. Tras un amago de candidatura alternativa a cargo del presidente de Faconauto, Gerardo Pérez, fue Foment del Treball la que decidió dar el paso y presentar como candidata a su vicepresidenta Virginia Guinda, a la que Garamendi derrotó por amplio margen.
El hecho de contar con cuatro años más de mandato no parece haber amainado una cierta incontinencia verbal, que ha vuelto a jugarle una mala pasada. Tras la polémica por su oposición a la subida del salario mínimo interprofesional, trascendió una revisión al alza de su ya polémica retribución e incluso un trasvase al régimen general desde el de autónomos.
Petición de disculpas
Un extremo que él ha desmentido en repetidas ocasiones y que ha atribuido a una campaña contra su persona por haberse manifestado en contra de las últimas actuaciones del Gobierno en materia laboral. Este miércoles, Garamendi hacía “doblete” en las cadenas Antena 3 y Telecinco para volver a defenderse. Y, una vez más, empleó combustible para sofocar un fuego.
Posteriormente, el presidente de la patronal ha aprovechado una nueva intervención en la pequeña pantalla, esta vez en La Sexta, para disculparse por una comparación que él mismo ha admitido que "posiblemente no era la más clara". "Si a alguien le ha molestado, pido disculpas. En la vida si cometes un error lo importante es admitirlo", ha añadido.