España cerró 2022 con un crecimiento del producto interior bruto (PIB) del 5,5%, según el primer avance publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), lo que supone igualar la tasa de 2021 y, además, superar en 1,1 puntos la previsión reflejada en el cuadro macroeconómico del Gobierno.
De acuerdo con las cifras de contabilidad nacional, la economía creció un 0,2% en el último trimestre del año en relación con el anterior, lo que confirma la ralentización del crecimiento que ya se apreció en el periodo julio-septiembre.
Ralentización
Así, el PIB se incrementó un 2,7% en el cuarto trimestre en tasa interanual, 2,1 puntos menos que el dato inmediatamente anterior.
La economía española encadena así su segundo crecimiento anual consecutivo después del avance del 5,5% que registró en 2021 y que supuso el retorno a tasas positivas tras el descenso histórico del PIB del 11,3% provocado por la irrupción del coronavirus.
Superadas todas las previsiones
Las cifras confirman los cálculos optimistas de la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, que ya adelantó que el crecimiento podría superar el 5% después de que comprobar que los efectos de la desaceleración derivados de la guerra en Ucrania estaban siendo menos negativos de lo previsto.
La evolución de la economía española en 2022 también ha sido superior a la prevista por el Banco de España, que esperaba un crecimiento del 4,6%, así como del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyos pronósticos eran algo más optimistas, aunque se quedaba en el 5,2%.
Al borde de la recuperación
La demanda nacional aportó 2,8 puntos al crecimiento del PIB en 2022, cifra 2,4 puntos inferior a la de 2021, mientras que la demanda externa contribuyó con 2,6 puntos, 2,3 puntos por encima del ejercicio anterior, "gracias al dinamismo de las exportaciones", según el ministerio.
A precios corrientes, el PIB de 2022 se situó en 1,328 billones de euros, un 10,1% más que en 2021, lo que deja al país muy próximo a recuperar las cotas de producción del año anterior a la pandemia, aunque se mantiene como uno de los países europeos que aún no ha sido capaz de superarlo.