La complicada situación financiera que arrastra el grupo Prisa terminará con el propietario de los medios con más audiencia de España bajo influencia francesa. Al menos, a eso apunta el último movimiento de la compañía, con una emisión de deuda convertible que allanará el camino para que sus dos primeros accionistas, Amber y Vivendi, repliquen su alianza en el sector mediático en el país vecino. 

Vivendi aterrizó en el capital de Prisa a comienzos de 2021, tras adquirir el 7% que por entonces mantenía HSBC, derivado de una maniobra de capitalización de deuda. Fue recibido con los brazos abiertos por Amber Capital, primer accionista del grupo, que celebró por entonces la llegada al fin de un socio industrial.

Amber abre la puerta

Apenas unos días antes, Joseph Oughourlian, líder del fondo, había asumido la presidencia de la compañía tras promover, junto a Telefónica, el cese de Javier Monzón. En aquellos momentos, Amber y Vivendi luchaban conjuntamente y a brazo partido en Francia por el control del grupo editorial Lagardere, en el que mantenían una participación conjunta próxima al 50%. 

Vivendi no tardó en plantarse a las puertas del 10% de Prisa y solicitar la autorización del Consejo de Ministros para alcanzar el 29,9%, el máximo al que puede llegar el accionista de una cotizada antes de que la normativa le obligue a lanzar una opa por la totalidad. 

Ambición frustrada

Sólo el endurecimiento de la normativa de inversión extranjera introducido por el Gobierno con motivo de la pandemia, el llamado “escudo anti-opas”, frenaba los planes de Vivendi, propietario de un imperio en la industria de la comunicación que también incluye el entretenimiento, con activos de la talla de la productora Universal

La falta de respuesta por parte del Ejecutivo, que no veía con buenos ojos los ambiciosos planes de Vivendi sobre el grupo del que dependen medios tan influyentes como El País y la cadena Ser, le llevó a renunciar a la solicitud e incluso replantarse su inversión en Prisa. 

Evitar impagos

Pero apenas unos meses después, las puertas para hacerse fuerte en la compañía cotizada vuelven a abrirse de par en par. La fuerte subida de los costes de la deuda, consecuencia de la intensidad con la que el Banco Central Europeo (BCE) ha tenido que emplearse a la hora de subir los tipos de interés para frenar el alza de los precios, ha forzado al consejo de Prisa a tomar medidas para evitar un escenario de impagos

Es el contexto en el que se enmarca una emisión de deuda que permitirá a la editora ingresar de forma inmediata en torno a 130 millones de euros que le permita amortizar el préstamo más oneroso de los que componen la refinanciación que acordó el pasado febrero.

Joseph Oughourlian, presidente no ejecutivo de Prisa y hombre fuerte de Amber Capital / EP

El elemento de la emisión que favorece los intereses de Vivendi es su carácter de convertible necesariamente en acciones de Prisa, lo que permitirá al gigante francés cumplir sus deseos de elevar su peso en el capital y, además, asegurarlo desde el primer momento. 

Aunque la oferta de suscripción de la emisión incluye un derecho preferente para los accionistas, sólo Amber y Vivendi se han comprometido a hacerlo. Y en el caso del segundo, en una proporción algo superior a la que le corresponde por su participación actual

Incremento

En el caso de un escenario de suscripción incompleta, en absoluto descartable, la participación de Vivendi se elevaría hasta una horquilla de entre el 11,5% y el 13,5%, en función del interés del mercado y del resto de accionistas por la emisión. 

Por su parte, Amber se limitará a suscribir su parte e incluso deberá vender un pequeño porcentaje en el caso de suscripción incompleta para evitar irse por encima del 30%.

Hasta diciembre de 2024

Con residencia habitual en Londres pero de nacionalidad francesa, Oughourlian cuenta con una diversificada inversión en el país vecino, en la que se incluyen industrias tan variopintas como la del deporte profesional, donde cuenta con una posición de control en el club RC Lens, de la Primera División gala.

Eso sí, por ahora la conversión de los bonos deberá esperar. Como se recoge en el propio folleto de la oferta pública de suscripción registrado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el refuerzo de la normativa que regula las inversiones procedentes del exterior en empresas de sectores estratégicos se ha extendido recientemente hasta diciembre de 2024.

Dilatar la conversión

Hasta entonces, Vivendi debería volver a tramitar la autorización a Moncloa para superar el 10% de Prisa. Las obligaciones se convertirán en títulos de la compañía en el momento de su vencimiento, en un plazo de cinco años; sin embargo, el citado documento especifica que se establecen dos ventanas de conversión voluntaria (en los meses de mayo y noviembre) en cada uno de los años en los que la emisión esté viva, a partir de este 2023. 

La suscripción de los bonos será suficiente para que Vivendi cumpla su expectativa de extender sus tentáculos en Prisa junto a un viejo conocido como Amber. El resto será cuestión de esperar a finales de 2024 o la hipotética llegada de un nuevo Gobierno más proclive a autorizar el trasvase del umbral del 10%. Lo que antes suceda.