La fusión de Caixabank y Bankia culmina en términos efectivos con la decisión adoptada hoy por el consejo de administración. El grupo líder bancario en España ha decidido prescindir de los servicios de Juan Antonio Alcaraz, un histórico alto directivo de la entidad que se ocupaba desde hace años del área de negocio. La destitución del ejecutivo coincide con la incorporación a la máxima cúpula directiva de Jordi Nicolau, Jaume Masana y Mariona Vicenç. Estos tres profesionales de la casa serán los encargados de promover la transformación digital de la entidad, así como el ajuste de su red de sucursales por todo el territorio.
Alcaraz llegó al grupo de la mano de Juan María Nin, primer ejecutivo desde 2007 hasta 2014, cuando acabó destituido de forma fulminante al desvelarse que intentó disputar la máxima responsabilidad de una forma que los rectores de la entidad consideraron desleal.
Personaje dual
El ejecutivo saliente tenía una doble consideración en el seno de la entidad. Por un lado se le atribuían los éxitos en materia comercial hasta que se ha aposentado la banca digital y, por otro, era visto como un alto directivo poco empático, de difícil carácter para los equipos profesionales que comandaba, así como de desmedida ambición personal. En los últimos meses esa condición había crecido de manera exponencial y suponía una afrenta sistemática a los órganos de gobierno que la entidad había cerrado tras fusionarse. Su salida contribuirá a la distensión interna, según corroboran fuentes financieras consultadas.
Dejará Caixabank a los 61 años siguiendo la estela de Nin, quien fue su jefe y primer mentor en Banco Sabadell, primero, y en Caixabank, más tarde. Será indemnizado, percibirá sus derechos de pensiones y suscribirá un compromiso temporal de no competencia. La decisión del consejo cogió desprevenido a Alcaraz, aunque era vox populi en el organigrama del grupo financiero, que solo esperaba el momento en el que se produciría el cese. Con el relevo en el ámbito comercial y de negocio, el consejo pretende conferir un nuevo impulso a los retos de Caixabank en tiempos de transformación digital, así como de usos y costumbres de los clientes con respecto al consumo financiero.
La salida de Alcaraz de la primera línea directiva del banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri abre una nueva etapa más horizontal y colaborativa en la gestión que lidera Gonzalo Gortázar. De hecho, supone el corolario a la fusión con Bankia y la apuesta del grupo por una nueva generación de profesionales. Esa ha sido la voluntad expresada por el consejo de administración, que se reunió esta mañana para solemnizar la salida, según ha detallado uno de sus integrantes.