Situación límite para Prisa. Fuertemente tensionada por el abultado endeudamiento que soporta desde hace años, la abrupta subida experimentada por los tipos de interés en los últimos meses ha terminado por poner a la editora contra las cuerdas debido a que sólo el servicio de la deuda le supondrá un gasto de 223 millones de euros hasta 2025. 

La compañía presentó en las últimas horas en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) un documento de registro universal, algo que habitualmente se relaciona con una próxima emisión de valores por parte de una cotizada. 

Bonos para pagar deuda

Dicho y hecho, en la tarde del martes el consejo de administración de la editora acordó poner en marcha una oferta para suscribir obligaciones convertibles en acciones de la compañía, en la que participarán algunos de los principales socios.

En el citado documento se detallan tanto los últimos datos financieros publicados por la empresa como sus principales factores de riesgo, la estructura de su capital y la composición de los órganos de gobierno. 

Alternativas

En los últimos días, diversas informaciones ya apuntaron a una próxima emisión de bonos, precisamente con el principal objetivo de poder hacer frente a los elevados costes que tiene que soportar como consecuencia de una deuda cuyo montante se aproxima peligrosamente a los 1.000 millones de euros. 

Tras el verano, Prisa exploró la posibilidad de llevar a cabo una ampliación de capital con el objeto de obtener liquidez a partir de la entrada de nuevos socios. Uno de los más interesados fue Mediaset, aunque la operación se frustró como consecuencia de las reticencias del Gobierno, para el que Prisa es una compañía que pertenece a un sector considerado como estratégico y que, por lo tanto, cuenta desde los primeros tiempos de la pandemia con un escudo de protección ante la entrada de inversores internacionales. 

Un estudio de la Cadena SER, radio que forma parte del Grupo PRISA / SER

Como admite la propia compañía en el documento de registro, la práctica totalidad de su deuda bancaria está referenciada a tipos de interés variables. 

La refinanciación que Prisa consiguió acordar con la banca a comienzos de este año logró alargar los principales vencimientos hasta 2026 y 2027, lo que daba algo de oxígeno a la editora de El País, aunque a cambio de elevar de forma notable el coste de soportar esta deuda.

El impacto de la guerra

En concreto, las diferentes modalidades de préstamos pactados con los bancos presentan intereses que van desde euríbor+5%, que se corresponde con la denominada deuda Super Senior, a euríbor+8% de la deuda junior. 

Como admitió en su día el presidente y primer accionista de la compañía, Joseph Oughourlian, el acuerdo se firmó apenas unas horas antes de que se registraran las primeras maniobras del Ejército ruso en Ucrania; una invasión de la que cumplirán en breve diez meses y que puso patas arriba los mercados financieros y en jaque a las principales economías mundiales debido a que la fuerte subida de los precios de la energía frenó en seco el proceso de recuperación tras la crisis del coronavirus.

La condena del alza de tipos  

Oughourlian aseguró que la refinanciación de Prisa no hubiera sido posible una vez iniciado el conflicto bélico en territorio ucraniano; sin embargo, la factura ha llegado en forma de una fuerte subida de los tipos de interés, que han hecho que el coste medio de la deuda del grupo se incremente hasta hacer la situación casi insostenible. 

Como dato significativo del impacto en la situación financiera de la empresa, el tipo de interés medio de la deuda de Prisa pasó del 5,25% que presentaba a finales de 2021 (una proporción ya notablemente elevada) al 6,14% al cierre del primer semestre de 2022.

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

Para entonces, el Banco Central Europeo aún no había ejecutado la primera subida del precio oficial del dinero en la zona euro de los últimos 11 años, aunque el mercado ya descontaba algunos movimientos en este sentido, lo que ya había provocado considerables alzas del euríbor. 

Sin embargo, el hecho de que la inflación se desbocara llevó al organismo emisor a subir los tipos de forma mucho más agresiva de lo esperado, con dos alzas consecutivas de 75 puntos básicos, hasta la fecha inéditas en la historia de la entidad.

Proyectos y operaciones en el aire

Estas circunstancias han hecho que los costes relacionados con la deuda de Prisa se disparen y lleven a la compañía a tener que destinar para cubrirlos una parte sustancial de sus ingresos, lo que hace inviable el desarrollo de sus proyectos de futuro.

En el citado documento de registro, Prisa reconoce que una parte significativa de los flujos de caja que genera debe ser destinada a “atender las las obligaciones de pago de intereses y amortización del principal de la deuda reduciendo la capacidad para destinar estos flujos a atender necesidades de circulante, así como a financiar inversiones y futuras operaciones”. 

Hundida en bolsa

Ante esta tesitura, la empresa busca una salida que pasa necesariamente por encontrar liquidez de forma inmediata con el fin de evitar caer en situaciones de impago.

La complicada coyuntura actual ha depreciado las acciones de Prisa de forma notable; en 2022, su capitalización se ha desplomado cerca de un 49% y ya se sitúa al borde de los 200 millones de euros, la cantidad que hace poco más de dos años ofreció el empresario Blas Herrero por el negocio de medios de comunicación del grupo (principalmente, El País y la Cadena Ser). Por entonces, Prisa valía en bolsa cerca de 550 millones y la oferta fue rechazada por insuficiente por el consejo de administración, presidido aun entonces por Javier Monzón.