El grupo Prisa trató de convencer a Godó para mantener los históricos lazos societarios que les unían, hasta el punto de ofrecerle incrementar la participación en Prisa Media, aunque finalmente la editora de La Vanguardia optó por vender la participación del 20% que mantenía en la Cadena Ser.
El presidente y primer accionista de Prisa, Joseph Oughourlian ha descrito así la ruptura de la alianza que se produjo a comienzos de año y que causó una cierta sorpresa en el sector, aunque el responsable del fondo Amber ha aclarado que las relaciones con Godó son “extraordinarias”.
Situación tensa
Durante su participación en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Oughourlian ha admitido que la situación de Godó como socio minoritario en el negocio de medios de Prisa era incómoda e, incluso, generaba tensión por lo que la búsqueda de una salida fue un paso natural.
“La culpa era principalmente nuestra, por lo que me dirigí a ellos y les ofrecí una serie de potenciales acuerdos, incluida la posibilidad de que elevaran su participación en nuestro negocio de medios”, ha asegurado.
Salvado por las marcas
Finalmente, Godó terminó por deshacer la inversión, en una operación valorada en unos 45 millones de euros. “Fue una demostración de que apostamos por la radio y por su futuro”. Oughourlian ha insinuado que el tiempo le ha dado la razón toda que se “es el activo de medios que está teniendo mejor comportamiento en cuanto a ingresos y resultados”.
La Ser es una de las joyas de la corona del grupo junto a El País, hasta el punto de que Oughourlian ha admitido que la potencia de estas marcas, junto con la de Santillana, ha sido fundamental para la viabilidad de una compañía que sigue en una situación compleja debido a su elevada deuda.
Objetivo, rebajar la deuda
“Llevamos 15 años con este problema; dudo mucho que hubiéramos aguantado la presión financiera si no tuviéramos las marcas que tenemos y no contáramos con una plantilla como la que tenemos”, ha asegurado el presidente de Prisa.
Oughourlian ha valorado el acuerdo alcanzado a comienzos de año para refinanciar la deuda de la cotizada. “Lo que no quiere decir que haya dejado de ser un problema; tenemos que rebajarla tanto en términos absolutos como relativos”, ha sentenciado.