Antonio Garamendi volverá a ser candidato a liderar los designios de la CEOE durante otros cuatro años. Así lo ha comunicado a la junta directiva de la patronal, que ya ha convocado la pertinente asamblea para el 23 de noviembre.
Garamendi cuenta ya con el apoyo de varias de las organizaciones que componen la patronal, entre ellas Confemetal, ATA (autónomos) y Ganvam (automóvil), y por el momento todo apunta a que la suya será la única candidatura que se formalice, por lo que sería elegido por aclamación.
Ánimos apaciguados
De esta forma, el empresario vasco agotaría los dos mandatos que establecen como límite máximo los estatutos de la patronal.
En los últimos meses, el actual presidente ha logrado apaciguar los ánimos en el seno de la organización en el que levantó no pocas críticas durante la pandemia, debido a que algunos de los socios con mayor relevancia estimaban que la actitud de Garamendi era demasiado condescendiente con el Gobierno y los sindicatos.
Estabilidad en cuestión
Tras el estallido del Covid-19, el diálogo social vivió una frenética etapa de reuniones y acuerdos de gran calado ante la cascada de decisiones por parte del Gobierno para tratar de paliar los efectos del frenazo que la irrupción del virus provocó en la actividad económica.
Los acuerdos alcanzados por entonces, como la renovación de los ERTE y, especialmente, la primera revisión al alza del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) acarrearon no pocas críticas a Garamendi y un clima de tensión en la patronal que llegaron a poner en cuestión la estabilidad de la junta directiva.
Las lágrimas de 2021
Como paradigma de esta situación cabe recordar la asamblea de 2021, en la que el presidente de los empresarios no pudo contener las lágrimas al ser recibido con aplausos por los asistentes, tras días de críticas exacerbadas por unas declaraciones que realizó en referencia a los indultos del Ejecutivo a los líderes independentistas que fueron condenados a prisión por el procés.
Por entonces, Garamendi señaló en una entrevista que la decisión sería bienvenida si contribuía a que la situación se normalizase, lo que no contribuyó precisamente a que su situación en la patronal mejorase.
Talante de diálogo
Incluso el talante de diálogo de Garamendi generó controversia en la patronal dado que los críticos entendían que estaba siendo demasiado condescendiente con el Gobierno, cuando éste tomaba medidas restrictivas para la actividad económica en mayor medida que los países del entorno y que estaban penalizando en exceso a las empresas.
De hecho, el mandato de Garamendi también se inició con polémica por su decisión de establecer un sueldo para la junta directiva, algo inédito en la organización.