Las cuentas de resultados de los bancos de 2022 reflejarán de forma notable el fin de la era de tipos en negativo, algo impensable hasta no hace demasiado tiempo. Pero además lo harán con una intensidad que tampoco figuraba en ningún presupuesto bien entrado el segundo trimestre del ejercicio. La espectacular subida del euríbor, el tipo hipotecario de referencia, engordará el beneficio de las grandes entidades respecto a lo previsto en unos 4.000 millones de euros.

Esta circunstancia encuentra su razón de ser en el hecho de que el tipo medio del indicador roza a mediados de septiembre el 2%, a mucha distancia por delante de la previsión que emplearon los bancos para elaborar sus presupuestos, igual que ha sucedido con los tipos de interés.

Previsiones fallidas 

A falta de tres meses y medio para que finalice el año y con la estrategia de política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) mucho más definida que antes del verano, las previsiones apuntan a que el referente para la mayor parte de las hipotecas a tipo variable que se contratan en España cerrará el ejercicio en el entorno del 2.5%, es decir, nada menos que dos puntos por encima de las estimaciones manejadas por las entidades. 

Tras el cierre del primer trimestre, una vez conocidos los resultados anuales y cuando las perspectivas sobre al guerra en Ucrania apuntaban a un conflicto de corta duración (entre tres y cuatro semanas), las previsiones de los bancos apuntaban a un euríbor de entre el 0,4% y el 0,5% al finalizar 2022.

Cambios

Tal estimación se apoyaba en la que apostaba por una tímida subida de los tipos de interés por parte del BCE, que el consenso situaba en apenas 50 puntos básicos en la recta final del ejercicio, aunque no faltaba quien incluso la situaba ya a inicios del próximo año. 

Sin embargo, el panorama ha sido bien diferente a lo esperado. Cuando están a punto de cumplirse siete meses desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, la guerra no sólo no ha finalizado sino que ni siquiera se atisba un final próximo y la repercusión en los precios de la energía ha terminado de disparar una inflación que ya venía acelerada por la abrupta salida de la crisis del coronavirus.

Una subida inédita

Los bancos centrales han tenido que emplearse más a fondo de lo esperado para contener una espiral alcista de los precios que está fuera de control y que amenaza seriamente al citado proceso de recuperación.

A este movimiento no ha sido ajeno el BCE, aunque sí el último de los grandes emisores en reaccionar. La subida que estaba prevista para el conjunto del año ya se aplicó de una sola vez en julio y a ésta le ha seguido una de 75 puntos básicos, nunca vista hasta ahora en las más de dos décadas de existencia del organismo. 

Cuatro veces más de lo previsto

Con todo, los mercados descuentan al menos otras dos revisiones al alza de aquí a fin de año, que sumarían otro 0,75% en total, lo que llevaría a los tipos de la zona euro a cerrar 2022 en un 2% o, lo que es lo mismo, cuatro veces por encima de lo presupuestado por el sector financiero.

Poco antes de que las previsiones comenzaran a saltar por los aires, los cálculos de los expertos estimaban en entre 400 y 500 millones de euros el beneficio adicional que supondría para el conjunto de los grandes bancos cada avance de un cuarto de punto en el euríbor. 

Una racha de seis años

Cabe recordar que el tipo de referencia hipotecario cerró 2021 en el -0,502%, por lo que la subida acumulada en apenas nueve meses será de 250 puntos básicos, una circunstancia por completo inédita hasta la fecha. 

El pasado mes de abril, el euríbor rompía una racha de algo más de seis años en terreno negativo. Por primera vez desde enero de 2016, el indicador cerraba un mes en positivo, concretamente en el 0,013%.

Diferenciales al alza

Desde entonces, la tendencia alcista ha sido imparable y lo mismo ha sucedido con los diferenciales a doce meses que están castigando de forma notable a los tenedores de hipotecas a tipo variable.

Sede del Banco Central Europeo, en Francfort / BCE

Sin ir más lejos, para aquellos que tuvieran la revisión del precio en agosto, el incremento ha rondado los 175 puntos básicos. 

El auge del tipo fijo

Antes de iniciarse esta escalada, los responsables financieros de la gran banca señalaban que el movimiento alcista del euríbor tendría poco impacto en las cuentas, toda vez que la paulatina repreciación de las hipotecas llevarían esos efectos a 2023. Pero esas estimaciones contaban con diferenciales a doce meses inferiores a la mitad de los que se están registrando desde mediados de año.

La vertiginosa subida del indicador ha hecho que la mayoría de los consumidores opten por las hipotecas a tipo fijo mientras que también se están dando subrogaciones a este tipo de producto desde hipotecas a tipo variable.

Polémica por el impuesto

Precisamente, los efectos de estas alzas en las cuentas de las entidades han sido objeto de polémica después de que el Gobierno decidiera aprobar un nuevo impuesto al sector para los dos próximos años al considerar que los bancos disfrutarán de beneficios excepcionales.

La normativa que acompaña a la nueva figura tributaria prohibe trasladar los costes al precio de los productos, algo que el sector ha advertido que va contra las consignas del BCE.