Repsol ha acordado con EIG la venta del 25% de su negocio de exploración y producción de hidrocarburos por un valor total de 4.800 millones de dólares (cifra equivalente en euros dada la paridad actual entre ambas divisas).
La operación, de la que ya hubo intentos rumores antes del verano, supondrá ingresos de unos 3.400 millones para la compañía española, ya que el resto de la cantidad se corresponde con la deuda que asumirá el comprador.
Posible salida a bolsa
La transacción supone un nuevo paso de Repsol en su avance hacia la transición al negocio de renovables; a mediados de año, la compañía que preside Antonio Brufau se deshizo del 25% de su negocio de bajas emisiones, igualmente con el objetivo de obtener fondos para invertir en el área de energías limpias.
Para llevar a cabo la transacción, Repsol constituirá una filial en la que agrupará el negocio de ‘upstream’ tras lo que EIG procederá a adquirir el 25% de la misma. La empresa mantendrá el control financiero y el gobierno de la unidad, que igualmente seguirá consolidando en sus cuentas. Además, el acuerdo con EIG, fondo especializado en el sector energético, contempla la posibilidad de una futura salida a bolsa en EEUU a partir de 2026 en función de las condiciones de mercado.
La venta del 25% del negocio de exploración y producción no supondrá cambios en la estructura directiva de la unidad ni tampoco afectará a la plantilla, de acuerdo con la comunicación que Repsol ha remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) con los detalles de la operación.
Tampoco se modificarán las líneas estratégicas diseñadas en su día por la compañía para su división, basadas en una progresiva descarbonización y fortalecimiento de su cartera.
Oferta no solicitada
El pasado mes de junio, la agencia Reuters avanzó el acercamiento de EIG a Repsol a través de una oferta “no solicitada” por el 25% de su división de ‘upstream’, algo que, en principio, no se encontraba en los planes de la compañía dirigida por su consejero delegado, Josu Jon Imaz, al menos en su primera línea.
Por entonces, Repsol ultimaba la puesta en valor de su división de bajas emisiones, que terminó articulando con una venta del 25% a un consorcio liderado por Credit Agricole y por la que obtuvo algo más de 900 millones de euros.
Cierre en el primer trimestre de 2023
Como es habitual en este tipo de transacciones, su cierre definitivo está pendiente de la obtención de los correspondientes permisos y autorizaciones, así como de la culminación de la estructura que pasará a tener la unidad de producción.
Repsol espera que este proceso se demore aproximadamente seis meses, con lo que el cierre de la venta se irá, al menos, al primer trimestre de 2023.
Pago aplazado
Será entonces cuando la compañía perciba el 70% de los ingresos que le reportará la venta, es decir, cerca de 2.400 millones de euros. El resto será abonado por EIG en cuotas anuales idénticas a lo largo de los tres años siguientes, según los términos del acuerdo vinculante.
La compañía espera que la operación fortalezca su balance, gracias a los ingresos que obtendrá, y al mismo tiempo reduzca su índice de apalancamiento (entendido como deuda neta entre capital empleado) por debajo del 10%. La energética no prevé impactos en su cuenta de resultados.