Ryanair sufre por la nueva jornada de huelga convocada por los tripulantes de cabina para mejorar sus condiciones laborales. La aerolínea de bajo coste se ha visto obligada a cancelar cuatro vuelos con destino o origen en el aeropuerto de Barcelona-El Prat hasta el mediodía por la falta de personal en las aeronaves.
Los paros convocados por el sindicato USO también han complicado la operativa del resto de vuelos que sí han podido operar. Ya se han reportado retrasos destacados en otros cinco que también aterrizaban o despegaban desde el mismo punto, cifras todas ellas que se espera que incrementen a lo largo del día.
Reivindicaciones sindicales
USO y Sitcpla, otro sindicato sectorial, convocaron a lo largo de agosto el tercer período de protestas del verano para reivindicar mejoras tanto en la organización del trabajo (los turnos y horarios) como las retribuciones del personal de cabina. Todo ello, en forma de un convenio colectivo firmado bajo el marco normativo español y no emparado en las leyes de otros países, más lesivas desde el punto de vista laboral.
En junio y julio ya se reportaron los primeros paros, hecho que ha impactado en las cuentas de Ryanair pero que, por el momento, no ha implicado que cambien la estrategia de negociación con los representantes de los trabajadores. Las mejoras reivindicadas se han rechazado de frente hasta la fecha, hecho que confirma que la huelga continuará hasta enero de 2023.
Pacto laboral con CCOO
Los responsables de la línea de bajo coste, capitaneados en España por Elena Cabrera, manifiestan que no tienen intención de sentarse a negociar ni con USO ni con Sitcpla. Recuerdan que ya se cerró un pacto con CCOO sobre los salarios.
Este acuerdo contempla otras mejoras, como una organización del trabajo tipo rosters, habitual en el sector y que contempla cuatro días en activo seguido de tres libres, y complementos para los tripulantes de cabina españoles. El conflicto laboral sigue abierto.