Apellidos como Serra, Gallardo, Grífols o Puig siguen sonando después de tres generaciones en grandes corporaciones catalanas. Cambian las caras, se modifican las formas de hacer negocio, se acelera la digitalización, se abren nuevos mercados… pero los nombres permanecen en todo lo alto.
Si un ámbito puede presumir de algo tan complicado como es el relevo generacional ése es el de la gran y potente empresa familiar catalana. Grupos como Almirall, Grífols o Catalana Occidente han asistido en los últimos meses a la llegada de los miembros del tercer episodio de la saga a sus respectivas plantas nobles.
Escenificado en junta
Un logro que, lejos de ser baladí, se ha convertido en el gran quebradero de cabeza de la empresa familiar, como queda de manifiesto en los congresos que anualmente organizan tanto el gran lobi del Instituto de Empresa Familiar como sus diferentes ramificaciones autonómicas.
Uno de esos relevos se escenificó hace poco menos de tres meses en Barcelona. Jorge Gallardo, el miembro más destacado de la segunda generación familiar que hizo posible el imperio farmacéutico que hoy en día es Almirall, cedía el testigo a su hijo Carlos en el transcurso de la junta general de accionistas que la empresa celebró en la Ciudad Condal.
Un salto enorme
No se trata, precisamente, de un relevo cualquiera. Bajo la batuta de Jorge Gallardo, Almirall ha adquirido tintes y dimensiones internacionales difícilmente imaginables por su padre, Antonio Gallardo Carrera, fundador de la empresa.
Junto a su hermano (también llamado Antonio), Jorge Gallardo asumió las riendas de Almirall a finales de la década de los 80 tras el fallecimiento del fundador. Lo que vino después fue la historia de un ascenso meteórico: internacionalizó la empresa, promovió la fusión con Prodesfarma y la salida a bolsa en 2007 y vendió una importante área de negocio al gigante AstraZeneca, relacionada con la salud respiratoria.
“Me voy después de un ejercicio bastante modélico de cómo traspasar las responsabilidades de una persona a otra. Esto en las familias no es muy corriente”, señaló en la asamblea Jorge Gallardo, lo que ratifica la idea mencionada anteriormente sobre los problemas que suelen acarrear este tipo de movimientos.
Queda claro, por lo próspero y provechoso del segundo relevo, que el que asume Carlos Gallardo, recién cumplido el medio siglo de vida, no será sencillo. Por lo pronto, su labor no será ejecutiva, al contrario de lo que ha sucedido con su padre. Será el consejero delegado, el italiano Gianfranco Nazzi, el encargado de asumir en su totalidad esos poderes, tras algo más de un año en el grupo.
Distinto relevo
No obstante, un Gallardo seguirá en todo lo alto de Almirall, al menos durante los próximos años; algo que también se han asegurado los Serra en Catalana Occidente, con la reciente llegada de Hugo Serra a la presidencia del grupo asegurador.
En este caso, se trata de un relevo más conservador, por un lado; pero más atrevido, por el otro. La explicación para lo primero redunda en que su padre, José María Serra, permanecerá como presidente del consejo de administración de la compañía, lo que hace que la transición sea algo más suave.
Salir de compras
Sin embargo, al contrario que en el caso de Carlos Gallardo, Hugo Serra sí ha asumido funciones ejecutivas; desde primeros de año, ejerce como consejero delegado de la compañía, cargo en el que ha sustituido a Ignacio Álvarez, un profesional sin vinculación de sangre con la familia pero que ha conducido la nave de los Serra a buen puerto durante los últimos diez años.
A sus espaldas, operaciones como las compras de Plus Ultra Seguros y Previsora Bilbaína. Y el reto de seguir creciendo que, a partir de este 2022, recae sobre el principal representante de la tercera generación familiar.
El sonado caso de Grífols
Cuatro años más joven que Jorge Gallardo, Hugo Serra conoce a la perfección el grupo, en el que ejercía como vicepresidente y director general adjunto a la presidencia. Su presencia en el consejo de administración se remonta a mediados de la primera década de este siglo.
Relevos que recuerdan a los vividos hace unos años en grupos tan importantes como Grífols y Uriach. Más sonado el primero, por tratarse de una empresa de mayor tamaño y, además, bajo los siempre potentes focos bursátiles.
Hecho inédito
Víctor Grifols Roura cedió hace algo más de un lustro los poderes ejecutivos a su hermano Raimón y su hijo Víctor Grifos Deu, que actualmente es la cabeza visible del grupo farmacéutico, que en la actualidad atraviesa una complicada situación debido a los efectos que la pandemia del Covid-19 han dejado en sus finanzas cuando se encontraba en plena etapa de expansión internacional.
Recientemente se cumplió el primer aniversario de importantes cambios en la cúpula de Uriach, que no implicaron la desaparición del apellido de una firma que va camino del bicentenario pero sí la llegada a la presidencia de un profesional ajeno a la familia por primera vez en su dilatada historia.
Profesionalización
Si bien Luis Cantarell tomó el relevo de Joaquín Uriach como presidente de la firma, Enrique Uriach asumió los mandos del consejo de propietarios, el organismo que gestiona el poder ejecutivo de los laboratorios. En el caso de este último, representa nada menos que la quinta generación familiar.
Los pasos de los Uriach tendrán su continuidad por parte de una de las estirpes familiares más célebres del territorio. Los Puig no dejarán la compañía pero en círculos próximos a su actual presidente y consejero delegado, Marc Puig, se escucha que con él se cerrará la etapa en la que los máximos poderes ejecutivos han recaído sobre un miembro de la familia.
En el cargo desde 2004, Marc pretende ser el último Puig con el bastón de mando, a fin de dar un paso importante en la célebre profesionalización de la gestión. Algo que ya han hecho los Uriach, y antes los Simón, artífices del mítico fabricante de productos auxiliares de electricidad. Y los cementeros Molins… visiones distintas sobre la dicotomía propiedad/dirección que, en cualquier caso, difícilmente borrarán apellidos más que resilientes al paso de los tiempos.