El nuevo impuesto que el Gobierno ha comenzado a preparar este jueves para gravar los beneficios de las entidades financieras provocará una reducción del crédito en torno a los 50.000 millones de euros en los dos años previstos para la vida del tributo.
Al menos, ésta es la estimación de Santander, una de las entidades afectadas por la medida que, además, considera que la puesta en marcha de la misma supone un modo de estigmatizar a la banca.
Efecto sobre la economía
José Antonio Álvarez, consejero delegado del banco, ha señalado este jueves que el nuevo impuesto, anunciado hace unos días por el propio presidente del Gobierno y del que este jueves se han conocido los primeros detalles, “afecta, sobre todo, a la economía en general; y después, en un segundo término, a los accionistas del banco”.
Preguntado al respecto en la rueda de prensa con motivo de la publicación de los resultados del primer semestre, el ejecutivo ha señalado que “lo poco que sabemos es que el Gobierno pretende recaudar 3.000 millones de euros en dos años con este impuesto; un primer cálculo nos indica que ese volumen de capital que las entidades del sistema tendremos que consumir para afrontar ese pago daría para conceder un volumen de préstamos por valor de unos 50.000 millones de euros”.
No combate la inflación
Álvarez ha aclarado que la estimación se corresponde con las ratios en las que se mueve Santander y que, a partir de ahí, “las distintas variables y circunstancias del mercado podrían hacer variar las cifras”.
En cualquier caso, el consejero delegado de Santander, que dejará su cargo a finales de año, ha asegurado que la medida fiscal “difícilmente servirá para combatir la inflación”, en referencia a uno de los argumentos que emplea el Ejecutivo para justificar la medida.
¿Dónde están los extraordinarios?
Álvarez también ha puesto en duda otro de los elementos a los que alude Moncloa, como son los posibles beneficios extraordinarios que pueden empezar a generar los bancos como consecuencia de las subidas de los tipos de interés.
“En la actualidad, el beneficio de la banca está claramente por debajo del coste de capital, pero hasta tal punto que los resultados tendrían que duplicarse para, al menos, cubrir ese coste. Dicho esto, no sabemos dónde pueden estar esos beneficios extraordinarios de los que hablan”.
Colaboración
El que ha sido mano derecha de Ana Botín desde 2015 ha recordado que a pesar de la reciente subida del precio oficial del dinero decretada por el Banco Central Europeo (BCE), “seguimos con los tipos a cero, la situación hasta ahora ha sido de tipos negativos, con lo que estamos en camino de recuperar la normalidad, pero no de algo extraordinario”.
En cualquier caso, el número dos de Santander ha asegurado que el banco “seguirá dispuesto a colaborar con el Gobierno, como hasta ahora; nosotros estamos para dar un servicio a la economía, en todos los países en los que operamos; con los gobiernos podremos discrepar pero siempre estaremos en disposición de colaborar en lo que nos sea posible”.