Banco Sabadell ha advertido al Gobierno que el nuevo impuesto a la banca que se conocerá en otoño debe ser “neutro”, “no un cálculo que favorezca a unas entidades frente a las otras”. El consejero delegado de la entidad, César González-Bueno, ha remarcado la importancia de que se respete la “competencia” entre grupos financieros del país en la presentación de unos resultados trimestrales (y semestrales) que son positivos para el banco que capitanea --gana el 78% más y sitúa su rentabilidad por encima del 7% marcada en su hoja de ruta para 2023-- sin hacer previsiones más allá del próximo diciembre.
Tanto el ejecutivo como el director financiero del Sabadell, Leopoldo Alvear, han reiterado en varias ocasiones en su comparecencia ante los medios que el cuadro macroeconómico actual no permite hacer previsiones para el próximo ejercicio debido a las múltiples incógnitas que existen en el horizonte. Con todo, ambos directivos han huido de las previsiones más pesimistas sobre la evolución económica para el año próximo e incluso han abierto la puerta al escenario de que no se entre en recesión técnica en el primer trimestre del 2023.
Más vientos de cola que de cara
“Lo único que podemos decir es que creemos que los vientos de cola sean más favorables que los de cara”, ha señalado González-Bueno. Es decir, su previsión es que la “normalización de los tipos de interés va a ser más positiva que la evolución de los tipos de interés y sus efectos en la mora”. Con todo, deja claro que nadie en estos momentos tiene claro lo que sucederá los próximos meses, “ni siquiera el Banco de España”.
La cúpula del Sabadell también ha querido disipar el fantasma de una nueva doble crisis como la que vivió España tras el fin de la burbuja inmobiliaria. “La situación es muy distinta”, ha destacado Alvear, “el apalancamiento de los particulares está en el 55% del PIB, muy inferior al 87% al que se llegó en el pico de la burbuja; el porcentaje de salarios familiares destinado a cubrir deuda es del 35% frente al 50% de ese momento y el desempleo evoluciona de forma positiva”. “No vemos ningún indicador que nos alerte de que podamos estar en una situación como la de 2008”, ha sentenciado. Ni siquiera los ICO, ya que el 85% de los que gestiona la entidad se retornan sin problemas tanto el principal como los intereses
Sus palabras van en línea a las estimaciones del presidente del Sabadell, Josep Oliu, que en varios foros ha apuntado que, aunque no exista ningún precedente comparable a los retos macroeconómicos actuales --lo más parecido es la crisis del petróleo de los años 70--, la evolución de este verano y los datos incipientes dan alas al optimismo. De hecho, y con la boca muy pequeña, el banquero ha indicado que espera que la nueva crisis sea de ciclo corto.
La carga fiscal de la banca
El principal elemento que deja en el aire las previsiones de la banca es la tasa que el sector deberá pagar durante dos años para mejorar los ingresos del Estado. González-Bueno ha enmendado el discurso de que los grupos financieros amasen grandes cantidades de beneficios y no los compartan con la sociedad. Ha echado mano del conjunto de los impuestos a los que el Sabadell hizo frente en 2021. “Pagamos más de 800 millones de euros en tasas e impuestos solo en España y obtuvimos 530 de beneficios, incluyendo nuestro negocio en Reino Unido, México y Estados Unidos”, ha destacado.
También ha remarcado que la banca abona un impuesto de sociedades “del 30%, cuando el tipo general de las empresas es del 25%”, que el IVA soportado “no es deducible” y que ahora paga el de “Actos Jurídicos Documentados por préstamos hipotecarios” tras el último cambio legislativo al respecto, además de “tasas de protección de los depositantes” --ha abonado 100 millones al fondo de garantía de depósitos europeo en el segundo trimestre-- “además de muchos otros conceptos”.
Sus accionistas: pequeños ahorradores
También ha disipado la imagen de que los accionistas de la banca son hombres con puro. “El 50% de nuestro capital está en manos de 224.000 particulares y la mediana de su inversión es de 1.950 euros”, ha informado, “y en el otro 50% de institucionales, detrás también hay pequeños ahorradores con sus planes de pensiones y fondos de inversión”.
El consejero delegado del Sabadell considera que estos son los “principales afectados” por el nuevo gravamen en ciernes y señala que en los últimos cinco años “han perdido el 50% del valor de su inversión” en el parqué, según los datos de Bolsas y Mercados Españoles (BME). Muy por encima del retroceso del conjunto del Ibex 35, que ha sido del 25%, y de otros sectores como la construcción, donde los títulos de grupos cotizados han subido un 30%.
González-Bueno considera que todos estos datos se deben tener en cuenta a la hora de diseñar la nueva tasa que se empezará a cobrar a finales de año. Remarca entre líneas que el impuesto, según el perfil que tome en la tramitación parlamentaria, puede ser el lastre a las previsiones macroeconómicas optimistas que ha compartido Banco Sabadell.