Alstom probará su tecnología sin catenaria en el tranvía de Barcelona

Alstom eliminará la catenaria del tranvía de Barcelona. Este es el objetivo que se ha marcado la empresa de fabricación de material ferroviario al probar, por primera vez en España, su sistema dinámico de alimentación por suelo (APS) en la capital catalana.

Imagen de un tranvía en la Estación de Ciutadella del Trambesòs / CG

La Autoridad de Transporte Metropolitano de Barcelona (ATM) ha adjudicado a Alstom un contrato para electrificación de la primera fase de la ampliación de la red del tranvía. Este incluye el suministro de los elementos APS para la infraestructura, así como la adaptación de 18 convoyes.

Tecnología APS

La tecnología APS, que Alstom implantará en la red de tranvías de la Ciudad Condal, es pionera en España. Esta alimentación por suelo permitirá “la integración del sistema en el entorno urbano”, lo que hará eliminar tanto las infraestructuras de las vías, como los mástiles y las líneas de contacto de las catenarias.

Dos vagones del Tram que Colau alargará / Aj. BCN

La empresa ha explicado que esta tecnología consiste en instalar un tercer carril conductor en la vía, que sirve como sistema de alimentación eléctrica. Este, divivido en secciones, se enciende y apaga automáticamente a medida que el vehículo avanza, lo que garantiza “la total seguridad de los peatones”. La APS de Alstom está instalada en once ciudades del mundo actualmente, como Burdeos, Río de Janeiro, Estambul, Dubái y Sídney.

Conexión por la Diagonal

El contrato de la ATM, adjudicado parcialmente a la corporación francesa, es una parte del proyecto de conexión de las dos redes de tranvía de Barcelona, Trambaix y Trambesos, a través de la avenida Diagonal. Esta tendrá una longitud de 3,9 kilómetros y añadirá seis nuevas paradas al sistema ferroviario urbano.

Simulación del tranvía a su paso por la superficie de la avenida Diagonal de Barcelona / ATM

Esta conexión, que se sumará a las seis líneas y 56 paradas existentes actualmente, pretende contribuir a reducir la huella de carbono. Al traspasar, en teoría, usuarios del vehículo privado al tranvía, que transporta más de 26 millones de pasajeros al año.