Bolt se quedará en Barcelona pese al decreto que corta el paso a los vehículos de alquiler con conductor (VTC). El grupo de movilidad se ha anotado más de 85.000 usuarios en la Ciudad Condal en sus tres primeras semanas de operativa, hincando el diente a un mercado que copan Uber y Cabify y el sector del taxi. Lo hace con una operativa mixta entre el autotaxi y los VTC que resistirá a la norma que afecta gravemente a sus dos competidores.
En conversación con Crónica Global, Daniel Georges, director para España de Bolt, sostiene que ha "superado las expectativas" tras poco más de 20 días operando en la capital catalana. "Tenemos más de 85.000 personas que nos han usado al menos una vez, y 1.000 conductores asociados. El crecimiento es importante y la demanda, muy robusta", valora. Este recibimiento aflora una tendencia, cree el directivo. "Hay una falta de oferta evidente que ahora podemos demostrar con datos", agrega.
"El decreto nos preocupa"
El arranque positivo de Bolt en Barcelona se sustenta sobre su modelo mixto de taxis, VTC y bicicletas eléctricas. Pero esa irrupción se enfrenta a un nubarrón. El Govern ha aprobado un decreto que fulminará dos terceras partes de los 4.000 VTC que operan en Cataluña. El texto lo convalidará el Parlament y será efectivo a partir del 1 de octubre. Operadores como Uber o Cabify encajarán un daño mayúsculo.
¿Y Bolt? "Ese decreto nos preocupa muchísimo, porque limita mucho el proyecto de las empresas de movilidad con la restricción a coches de 4,90 metros o más. Y sobre todo, impacta sobre las pequeñas y medianas empresas y autónomos", critica. "Se ha vendido la idea de que los VTC pertenecen a grandes flotas, pero no es tan así. Ha habido mucha transferencia a autónomos, que han comprado autorizaciones. Imagina que han hecho la inversión y ahora no pueden explotar su permiso. Es muy preocupante".
"Nos quedaremos en Barcelona"
El texto aprobado por ERC y Junts desde el Govern con el apoyo externo del PSC no será tan lesivo con Bolt como con sus rivales. "Perjudicará sobre todo a las plataformas que tienen flotas de VTC propias (como Uber y Cabify). Nosotros trabajamos con pymes y autónomos. Pero las grandes tendrán que hacer inversiones en vehículos de más de 4,90 metros de longitud, que son muy pocos y muy caros. Sin contar que hay muy pocos vehículos en el mercado por la crisis de los semiconductores", avanza Georges.
"Con esta regulación, que no se nos ha consultado y nos la hemos encontrado de un día para otro --sigue el directivo--, no habríamos lanzado en Barcelona. Pero ahora tenemos este escenario y trabajaremos con él. A nosotros nos afecta a la parte de VTC, pues la que tenemos de taxi queda igual. Por lo tanto, en el peor escenario, en el caso que el decreto se aplique y siga vigente, tendremos que buscar nuevos partners". ¿Plantean marcharse de Barcelona acabando de llegar? "Pase lo que pase nos quedamos", zanja la misma fuente.
"El coche, con multimodalidad, es importante"
Desde la firma estonia quieren hacer hincapié en la importancia del vehículo de transporte privado compartido en la era de la multimodalidad. Sostienen que taxi y VTC "tienen que convivir con otros modos de transporte, pues para ir de punto A a punto B, tiene que haber ofertas distintas, y nuestro modelo contribuye a ello". Su country manager insiste en que Barcelona "tiene un problema de oferta que se ha agravado tras la pandemia" y que no tiene sentido cercenar un sector, pues los usuarios "no miran si cogen un taxi o un VTC, miran qué está disponible y cuánto le cuesta".
Precisamente, desde Bolt recuerdan que la escasez de oferta es lo que estrangula la demanda y provoca precios altos, como los cobrados por Uber durante el festival Mad Cool de Madrid. "¿Tenemos precios dinámicos? Los tenemos. Pero es que el taxi también los tiene. No es lo mismo coger un taxi un sábado de madrugada que un lunes al mediodía, cuando hay mucha más oferta. Tenemos tarifas dinámicas, pero con ciertos límites, claro", detallan.