El listado de personas físicas y jurídicas que mantienen una deuda pendiente con la Agencia Tributaria superior a 600.000 euros presenta en cada actualización entradas y salidas, algunas de ellas llamativas, especialmente por tratarse de rostros populares. Sin embargo, determinados casos se han convertido ya en auténticos clásicos, toda vez que llegaron un día para quedarse o, incluso, que nunca han dejado de formar parte de la peculiar relación.
En lo concerniente a sociedades, empresas y corporaciones, una parte importante de la lista está relacionada con la crisis inmobiliaria que estalló en la segunda mitad de los años 2000 y cuyas consecuencias aun son visibles en el mercado, bien en forma de concurso de acreedores, bien de quiebra definitiva.
Reyal Urbis, líder indiscutible
En este punto, claramente destacada aparece Reyal Urbis, que desde la primera publicación del documento, allá por 2015, no sólo no ha faltado ni una vez a la cita sino que, además, siempre lo ha hecho como la entidad con una mayor cifra pendiente de pago.
En el caso de la publicada este jueves, la inmobiliaria, que protagonizó hace diez años una de las quiebras más voluminosas de la historia empresarial española, la cifra que aún adeuda al departamento dependiente del Ministerio de Hacienda se sitúa en 310 millones de euros. Una cifra nada despreeciable pero que ha experimentado una notable mengua respecto de los cerca de 500 millones con los que se estrenó en la primera relación de grandes morosos.
Ventas de activos
El desarrollo del concurso y su posterior liquidación ha dado como resultado una progresiva venta de activos con la que atiende las obligaciones para con sus acreedores, entre los que el Estado ha figurado desde siempre en el primer puesto.
Otro de los clásicos, también relacionada con el sector del ladrillo, es Aifos. No obstante, en su caso la cantidad a deber no se ha movido de la cifra de 91 millones de euros que presenta también en la última actualización. Y no sólo eso sino que será complicado que la situación cambie.
La situación de Aifos proviene de las operaciones judiciales realizadas en su día contra la corrupción inmobiliaria en la Costa del Sol, especialmente centradas en Marbella y en el Ayuntamiento del municipio malagueño. Unas actuaciones que se desarrollaron precisamente poco antes del abrupto fin del ‘boom’ del sector, justo antes del inicio de la crisis financiera.
Producto también de los años de esplendor vividos en España en los primeros años del siglo es el proyecto del aeropuerto de Ciudad Real, llamado a ser una de las infraestructuras privadas que competiera con la red de Aena y que terminó en la más absoluta de las ruinas, con un interminable proceso de venta posterior.
Diversas sociedades relacionadas con el proyecto figuran también desde los primeros tiempos de la lista junto con cerca de una decena de filiales de Abengoa, de plena actualidad en estos días después de que el fondo de ayuda a empresas estratégicas creado a raíz de la crisis del Covid-19 y gestionado por la SEPI haya negado al grupo con sede en Sevilla el rescate que solicitó y que se considera crucial para su viabilidad.
Sin salir de Andalucía, la cordobesa Prasa, también protagonista del estallido de la burbuja inmobiliaria, ocupa un puesto de honor entre los sempiternos componentes de la lista de morosos de Hacienda, con una deuda que oscila los 90 millones de euros y que tampoco ha sufrido apenas variaciones desde que la Agencia Tributaria hace pública la relación.
De la lista se sale
Con todo, las situaciones no son siempre irrevocables, por voluminosa que sea la deuda. El ejemplo es Nozar, que tras un larguísimo proceso concursal ha resuelto favorablemente la situación e incluso ha regresado a la actividad de la promoción inmobiliaria, lo que le ha permitido negociar un calendario de pagos con el Fisco y desaparecer de una lista en la que ocupaba indefectiblemente el segundo lugar, siempre tras Reyal Urbis, con una cantidad que nunca bajó de los 200 millones.
En el capítulo de personas físicas, la relación de ‘clásicos’ es ya extensa, desde estrellas del cine y la TV, hasta deportistas, pasando por expolíticos y afamados empresarios. No obstante, uno de los casos es especialmente llamativo ya que su situación ha sido justamente la contraria, esto es, debe la fama a sus apariciones en el listado de morosos de Hacienda.
Famoso por la lista
Se trata de Agapito García, que en su día llegó a ser el mayor deudor individual del fisco, con cifras que superaban los 25 millones de euros. García ha manifestado siempre ser víctima de una persecución y ha defendido que su situación con la Agencia Tributaria es completamente regular. Su caso ha llegado a ser inmortalizado recientemente en un documental.
El empresario no ha dejado de aparecer en la lista, aunque en las últimas relaciones ya no figura en el primer puesto de la categoría de personas físicas. Y además, la cantidad pendiente se ha reducido al entorno de los 15 millones de euros.
El expresidente de Banesto Mario Conde aun aparece con una cuantía pendiente de pago de más de siete millones de euros que tampoco mengua en las diferentes actualizaciones. Encarcelado en dos ocasiones por la quiebra de la entidad financiera, Conde también ha negado siempre tener cuentas pendientes con Hacienda.
También conoce la experiencia de una estanca en prisión el que fuera vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía Rodrigo Rato. Aunque su nombre no figuraba en las primeras listas, desde que pasó a integrarla por primera vez no ha faltado a la cita, con una cifra de algo más de un millón de euros que tampoco varía.
Eto'o y Dani Alves
Entre los deportistas, en activo o ya retirados, Samuel Eto’o y Dani Alves comienzan a formar parte del decorado de la lista, en la que hizo una fugaz aparición el actual entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti, que en esta ocasión ha evitado, por ahora, convertirse en un clásico.
La actriz Paz Vega y la presentadora de televisión Patricia Conde no pueden decir lo mismo. En su caso, llegaron para quedarse y el hecho de figurar como grandes morosas de Hacienda tiempo ha que dejado de ser noticia.