La empresa catalana Cricursa, fabricante de cristales de gran formato como la estrella de la Sagrada Familia, ha vendido su unidad productiva a la compañía leonesa Tvitec. La manufacturera se integrará así en un grupo internacional experto en vidrio curvado y conservando la mayor parte de su plantilla.
Cricursa fue declarado en concurso de acreedores en diciembre de 2021 tras admitir una deuda de 60 millones de euros. Desde entonces ha conseguido mantener su actividad mientras negociaba una salida pactada a su situación. El despacho Abencys se ha encargado de llevar a cabo el procedimiento.
Apoyo de la plantilla
Por su parte, los cerca de 300 trabajadores de la cristalera, que llevan seis meses con sus contratos suspendidos al encontrarse en situación de expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), votaron mayoritariamente a favor de la cesión a Tvitec y rechazaron la otra propuesta de la empresa Brand Corner.
Cricursa fue fundada en 1928 y cuenta con tres centros productivos en La Sentiu, Balaguer y Granollers. Entre sus encargos se hallan los adornos de la Biblioteca de Qatar o distintos rascacielos en Rusia.