La ministra para la Transición Energética, Teresa Ribera, se ha mostrado favorable a la extensión a través de los Pirineos del gasoducto Midcat, cuya ampliación respaldan patronales como Foment del Treball, aunque ha puesto condiciones a la operación. "Hasta ahora no ha habido demanda del otro lado respecto a la capacidad real del gasoducto. Pero hoy es insuficiente con lo que se percibe como una cuestión de seguridad de suministro con Europa", ha reconocido.
Durante su participación en las jornadas del Círculo de Economía, la dirigente ha afirmado que esta infraestructura debería ejecutarse de forma "coordinada" con Francia y garantizar su evolución futura hacia otro tipo de suministros como el biogás y el hidrógeno. Asimismo, ha reclamado que el país galo forme parte de su financiación: "Seguridad de suministros a terceros, financiación de terceros".
Interconexiones en Europa
A la vista de las dificultades energéticas actuales por la guerra de Ucrania, la dirigente ha denunciado que "nadie vigiló adecuadamente desde Bruselas" las interconexiones continentales para garantizar suficiente liquidez en el mercado energético.
"Hoy es imposible que una industria catalana pueda contratar electricidad con un desarrollador eólico danés por una limitación física obvia", ha lamentado.
Impacto de la guerra
Pese a ello, la ministra ha descartado una ralentización de los objetivos de descarbonización por el impacto del conflicto bélico. "No es una transformación sencilla ni automática, pero la respuesta ante la crisis no puede ser mirar atrás, sino acelerar un proceso de cambio", ha declarado.
La vicepresidenta ha destacado que, pese a las tensiones por las sanciones sobre el gas, petróleo y carbón ruso, los costes relativos de las tecnologías alternativas no se han encarecido desde que estalló el conflicto. Además, ha incidido en que España solo compra un 15% de sus provisiones de gas licuado en Rusia, a diferencia de países como Alemania donde la dependencia asciende hasta el 60%.
Cobertura social
Por todo ello, Ribera se ha comprometido con el objetivo fijado por la Unión Europea para reducir el 55% de las emisiones de dióxido de carbono en 2030. "Debemos desplegar las tecnologías que están probadas por su madurez. Sabemos que tenemos una inmensa oportunidad que no podemos desaprovechar", ha aseverado.
Aunque ha añadido que será necesario tener en cuenta que esta transición producirá "turbulencias" si no se introducen "medidas correctoras". Por eso ha reclamado "dar mayor cobertura a los consumidores vulnerables", que según ha dicho ya no solo se encuentran en los deciles con menos rentas, sino que empiezan a afectar a las clases medias. "Es capital repartir el esfuerzo desde el punto de vista de los costes y los beneficios", ha resumido.
No al 'fracking'
Respecto a las oportunidades del fracking, Ribera ha rehuido la contradicción entre negar su explotación en España pero importar gas de origen estadounidense obtenido a través de esta tecnología. "Con el petróleo siempre hemos tenido algunos El Dorado y en el caso del fracking ha pasado lo mismo. Hubo exploraciones en el norte de Burgos y el sur del País Vasco que no resultaron fructíferos y tuvieron reacción social", se ha justificado.
La ministra también se ha pronunciado sobre la búsqueda de materias primas como el níquel, el litio y el cobalto, que configuran actualmente la "nueva geopolítica de energías renovables". "Hay que prestar atención a este problema con antelación para que no se convierta en cuellos de botella", ha alertado. En este punto, ha puesto en valor la propuesta de crear un hub europeo en torno a los paneles solares, cuya fabricación requiere este tipo de minerales.