El panorama actual resulta, como poco, un gran reto para todas las empresas, independientemente del sector en el que se encuentren o el ámbito económico al que estén dedicados.
Desde hace dos años se ha producido una tormenta perfecta, una suerte de efecto dominó de crisis, no solo en nuestro país, sino a nivel mundial: crisis sanitaria que ha desembocado en una crisis económica tras la paralización de sectores laborales enteros, crisis en el transporte que ha ido en detrimento del suministro de materias primas, inflación de precios de la energía, efectos negativos derivados de la situación geopolítica…
Una crisis global
Diversos factores adversos que han afectado a todos los sectores sin excepción, suponiendo un duro golpe en la economía a todos los niveles: desde países enteros hasta los bolsillos particulares, pasando por la liquidez de las grandes multinacionales y pequeños comercios.
Ante este panorama, las empresas se han visto obligadas a tomar ciertas medidas que, en muchas ocasiones, pasan por el encarecimiento de los precios para poder cubrir los gastos generados por el transporte de las mercancías relativas al negocio, el uso energético en la cadena de producción.
Precio o calidad
En ocasiones, el precio intenta mantenerse, pero a costa de la calidad de los productos: mientras los productores elevan los costes de las materias primas, las empresas se ven obligadas a acudir a nuevos proveedores que les ofrezcan productos similares a precios más ajustados, pero con peor calidad, lo que termina generando un descontento en el consumidor final.
Por último, una de las estrategias más impopulares que las empresas llevan a cabo para lidiar con la inflación es el fenómeno denominado como reduflación, en el que mantienen el precio y la calidad del producto, pero reduciendo la cantidad del mismo.
No obstante, algunas marcas de nuestro panorama empresarial destacan por estar llevando a cabo una labor de contención frente a esta sucesión de imprevistos para seguir ofreciendo un servicio equilibrado entre el precio y la calidad, es el caso de las siguientes tres marcas españolas.
Zara: incremento selectivo del precio
La marca española de ropa más internacional anunciaba recientemente un leve aumento en sus precios en todo el mundo: un 5% en todo el mundo, a excepción de España, donde solo se percibirá un aumento del precio de sus productos en un 2%, muy por debajo de la tasa de inflación que ya está en el 10%.
El sector del textil ha sido uno de los más afectados por las crisis de diferentes sectores: desde el desplome de la economía tras la pandemia y, más recientemente, el encarecimiento de las energías y el transporte. En este sentido, la compañía de origen gallego se ha visto obligada a aumentar los precios de manera selectiva en algunos de sus productos y, con todo, manteniendo su imagen y mejorando incluso la percepción de la calidad de sus productos en una estrategia de sostenibilidad pasando del concepto low cost al semi-lujo dentro del ala del fastfashion.
Restalia asume costes
El holding empresarial del sector de la restauración es otro de los ejemplos de empresas españolas que han sabido llevar un perfecto ejercicio de funambulismo entre la calidad y el precio de sus productos desde que se prendiera la primera mecha en 2020.
Restalia, la empresa dirigida por José María Capitán, entre los diversos paquetes de ayudas que ha lanzado para proteger a sus franquiciados de los efectos de las diferentes crisis, ha asumido algunos de los costes procedentes del transporte de las materias primas o los gastos generados por la subida de las energéticas, conteniendo así los precios para su red de locales.
En lo que a la calidad de sus productos refiere, los proveedores, en su gran mayoría de origen nacional, siguen siendo elegidos entre marcas de primera calidad y se siguen sirviendo en sus locales, fieles a su filosofía de precios smart cost (la mejor calidad, al mejor precio), diversificando la carta para sus consumidores, y asegurando que su clientela siempre va a encontrar en su oferta un lugar refugio en la que disfrutar del ocio gastronómico.
Mercadona apuesta por las marcas blancas
En las últimas semanas, se han observado los lineales de los supermercados a medio gas y los precios de la mayoría de los productos con importantes encarecimientos. Esto se debe, como en la mayoría de los casos, al incremento de precios en los transportes y la falta de suministro de materias primas, lo que ha obligado al sector del retail a aumentar los precios, siendo además ellos los que más llevan a cabo la reduflación.
Cuatro grandes cadenas —Dia, Eroski, Alcampo y Carrefour— encabezan la subida de precios con más de un 5,5%, según un estudio de la consultora Kantar. Otros, como Mercadona (4%) y Lidl (3,5%), se muestran más reticentes. El producto que ha coronado la subida de precios es el aceite, incrementándose en un 303% con respecto al pasado año. Les siguen otros como la pasta y los arroces.
A pesar del revuelo en redes sociales, Mercadona, junto con Lidl, es una de las grandes superficies que menos ha encarecido sus productos y que, además, ha seguido ofreciendo la mayor calidad en su oferta en los diferentes sectores, especialmente en sus marcas blancas, con las que sigue apostando por ofrecer la mejor calidad al mejor precio.