La Costa Brava de Cataluña se prepara para afrontar una temporada turística con récord de cruceros, en la que se prevé que los puertos de Palamós y Roses (Girona) reciban unos 60.000 pasajeros.
Estos dos puertos retomarán, así, con fuerza su actividad de cruceros tras el parón de casi dos años debido a la pandemia de coronavirus.
Crecimiento
La temporada de cruceros en 2022, según ha informado la Generalitat en un comunicado, se prevé "excepcionalmente buena", con 66 escalas y la llegada de 60.000 pasajeros a la Costa Brava, unas cifras récord en este territorio.
Estas cifras representan un incremento del 32% en las escalas de cruceros y de un 6% en el número de pasajeros con respecto a la temporada 2019, con anterioridad a la pandemia.
Ya en el último trimestre de 2021, los puertos de Palamós y Roses recuperaron ligeramente la actividad con 9 cruceros y 4.000 pasajeros.
Impacto económico
El impacto económico estimado de la actividad de cruceros en esta zona se calcula en 5,4 millones de euros, según un estudio de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA), que estima que cada pasajero que desembarca en un puerto escala, cuando visita la destinación, gasta una media de 90 euros.
Esta actividad en la Costa Brava ayuda a desestacionalizar el turismo, ya que este año el 67% de los cruceros que harán escala en Palamós y Roses será en temporada baja.
Este año, el 56% de los cruceros que vendrán pertenecen al mercado norteamericano y el 44%, al mercado europeo.
Optimismo
El puerto de Palamós ha dado este domingo el pistoletazo de salida a la temporada de cruceros en la Costa Brava, que durará ocho meses, hasta el 18 de noviembre.
El primer crucero de la temporada ha sido el Azamara Pursuit, que ha ido por primera vez al puerto de Palamós, procedente del puerto de Barcelona, con unos 300 pasajeros a bordo.
Palamós prevé una temporada excepcional con 58.000 pasajeros y 57 escalas, lo que lo sitúa como segundo puerto de Cataluña en número de escalas.