Inflación por las nubes, problemas de abastecimiento y contracción del consumo. La guerra de Ucrania ha sumido a la economía europea en un momento de especial fragilidad. Los analistas detectan un creciente riesgo inflacionario: en España, el IPC ya ha superado el 7% y se espera que el conflicto lo empuje por encima del 10%, lo que implicaría subidas de diez céntimos por euro, con la amenaza de alcanzar cifras incluso más elevadas.
El precio del petróleo Brent se ha disparado ante el riesgo de un bloqueo de Estados Unidos y la Unión Europea a Rusia, el segundo exportador mundial de este recurso natural, y ya acumula una subida de más del 70% desde que empezó el año. Factores como el desabastecimiento de materias primas, la falta de inversiones y el encarecimiento de la gasolina pueden provocar una crisis de oferta, el desajuste que se produce en el mercado cuando no hay suficientes bienes para cubrir todo el consumo.
Crisis de demanda
A su vez, la inflación puede ahogar la capacidad de ahorro y el gasto, lo que daría lugar a una crisis de demanda, el tipo de desajuste que se vivió a partir de 2007. La posibilidad de que la economía internacional, que todavía no se ha rehecho tras la pandemia, sufra ambos shocks de forma simultánea, supondría consecuencias potencialmente destructivas para el tejido productivo y el nivel de vida de la población europea, un escenario que sería difícilmente solucionable desde las políticas gubernamentales o monetarias: cualquier intento de neutralizar la escalada de precios a través de una subida de tipos tendría un efecto perjudicial sobre el crecimiento, mientras aplicar medidas para estimular la economía a través de inversiones públicas sería también arriesgado por las posibles presiones inflacionarias.
Como suele ocurrir en momentos marcados por la tensión militar, el oro también ha incrementado su valor. Pero más allá de los efectos de la guerra y de las sanciones en el suministro de alimentación, materias primas, gas y petróleo, una de las preocupaciones de los mercados es que el bloqueo a Rusia, rica en recursos naturales, corte la llegada de tierras y metales raros como el paladio, un elemento necesario para manufacturar productos electrónicos que alcanzó ayer su récord histórico de casi 100 euros por gramo.
Inflación de dos dígitos
“Se va a disparar la inflación, podemos llegar a los dos dígitos”, alerta Manel Montero, director general del Grupo Moure, que recuerda que el trigo ya se está encareciendo, de igual manera que el gas, los hidrocarburos o el transporte. En cambio, “las nóminas no han tenido ese incremento”, algo que “va a repercutir en las familias” y su consumo.
Josep Lladós, profesor de Economía de la UOC, también apunta el riesgo de que la inflación alcance los dos dígitos: “Nos podríamos encontrar en una situación a la que hace tiempo que no estamos acostumbrados”, señala el experto del Col·legi d’Economistes, que añade que “la inflación impactará la reactivación económica”, ya que “tiene un efecto negativo en el poder adquisitivo y se resiente el consumo”.
Impacto en las inversiones
“Esto ya está afectando el crecimiento, pero puede llegar a frenarlo”, subraya Lladós, que se muestra preocupado por el cambio de expectativas económicas que podría lastrar las inversiones empresariales, “sobre todo las inversiones más arriesgadas”. Según el economista, no es descartable un escenario de recesión, con un impacto especialmente duro en sectores como la automoción, que sufrirá la escasez de titanio o paladio, o el turismo. Ante todos estos retos, propone acelerar el despliegue de los fondos Next Generation.
Otro factor a tener en cuenta es que Rusia proporciona el 35% del paladio que se consume a nivel mundial, mientras que España depende en un 30% de los cereales ucranianos y en un 65% de su aceite de girasol, según Cristian Castillo, profesor de Logística de la UOC. En consecuencia, “el incremento de precios se está generalizando”. Y advierte: “El Gobierno tenía previsto hacer modificaciones fiscales importantes y ya ha anunciado que esto lo deja parado, es un mensaje muy claro de que lo que viene será duro para nuestra economía”.