Marina Barcelona 92 ha activado un plan de contingencia por una posible pérdida de clientes o la implementación de sanciones a oligarcas rusos por la guerra en Ucrania. El astillero de la Ciudad Condal, el más avanzado del mundo y que está situado en una concesión del Puerto de Barcelona, ha preparado sus equipos por el posible impacto de la agresión rusa o por si debe aplicar un castigo económico a los grandes empresarios cercanos al presidente ruso, Vladímir Putin. Son sus clientes, pues reparan sus yates allí.   

Así lo admite a preguntas de este medio una portavoz de la compañía. Reconoce que en estos momentos se "analizan y monitorizan" las decisiones tomadas por los gobiernos de Estados Unidos y la Unión Europea, así como el Ejecutivo español, por las medidas que puedan afectar a los grandes directivos cercanos a Putin. 

"Si procede, se sancionará"

El complejo de refit para grandes esloras no rehúye las sanciones de las autoridades a individuos de elevado poder adquisitivo o compañías. "Llevamos a cabo de forma regular evaluaciones de riesgo, dirigidas por el equipo legal y de cumplimiento normativo de MB92 y su compliance officer", indican desde la compañía. Remarcan que "el cumplimiento activo de cualquier normativa aplicable es imperativo y esencial para el Grupo MB92". 

El 'My Solaris', atracado en Marina Barcelona 92 / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

¿Sancionarán a alguno de los empresarios rusos? "Si alguna de las sanciones fuera de aplicación, se adoptarán las medidas contenidas en dichas normas, como se ha hecho con anterioridad cuando otras sanciones han afectado a determinadas naciones y personas", añade. 

Es "pronto" para conocer el impacto en el negocio

En relación a la consecuencia que tendrán las multas y embargos a los oligarcas por la guerra en Ucrania, la instalación que preside Pepe García-Aubert sostiene que "es demasiado pronto para valorar si el cumplimiento de las sanciones aplicables tendrá algún impacto" en el negocio. 

Indican que no pueden revelar qué grandes ejecutivos tienen sus yates en la instalación de refit, pues pesa sobre ellos un contrato de confidencialidad, pero son varios los barcos que estarían bajo lupa por la evolución del conflicto con todas sus consecuencias.  

El GPS sí lo revela: tres yates

A pesar de la discreción del astillero, varias páginas web de geolocalización de buques revelan qué megayates están en el complejo. Como explicó este medio, los buques de grandes empresarios cercanos al Kremlin que reposan en la Ciudad Condal mientras arrecia el ataque a Ucrania son el Valerie, de Sergey Chemezov, presidente del conglomerado paraestatal Rostec; el Solaris, de Roman Abramovich, inversor y todavía propietario del Chelsea FC, aunque lo ha puesto a la venta "por el bien del club"; y el Aurora, de Andrey Molchanov, accionista mayoritario de LRS Group, de construcción. 

Antes, también se encontraba en el puerto el Galactica Supernova, propiedad del consejero delegado y presidente de Lukoil, Vagit Alekperov, uno de los empresarios de la órbita más cercana a Putin. El yate partió hacia Montenegro ante los primeros rumores de que las sanciones occidentales podrían caer ahora en las propiedades de oligarcas a título individual, como finalmente ha ocurrido. 

Molchanov ya estaba en la diana

Si Marina Barcelona tiene que aplicar sanciones a personas físicas señaladas por el gobierno comunitario o el Tesoro de Estados Unidos lo tendrá fácil, pues algunas de ellas, sus clientes, ya figuraban en las listas negras. Es el caso del propio Molchanov, a quien Washington identificó de forma clara como oligarca y manifestó que ejercía una influencia negativa en la economía mundial. Fue en 2018. 

El 'My Solaris', de Abramovich, en el Puerto de Barcelona / LUIS MIGUEL AÑÓN (CG)

Por su parte, Andrey Chemezov, también en la diana de Estados Unidos, se situó en el punto de mira tras la anexión ilegal de la península de Crimea por parte de Rusia en 2014. Reino Unido también lo sancionó, así como el propio país perjudicado por la toma ilícita, Ucrania. 

Negocio

MB92 tiene músculo para aguantar las sanciones que le pueden afectar de forma colateral. Al menos, a corto plazo. El supertaller de yates de gran eslora factura más de 85 millones de euros al año, según los datos presentados en el Registro Mercantil. Sus beneficios anuales rondan los 3,5 millones de euros. El grupo nació en el Puerto de Barcelona, pero en los últimos años se ha expandido a La Ciotat, un puerto situado entre Marsella y Mónaco, en la Costa Azul francesa. 

La compañía opera las instalaciones de reparación con arreglo a una concesión administrativa entregada por la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB). El permiso de explotación caduca en 2040, ya que tiene una vigencia de 50 años. MB92 aseguró en 2021 a Expansión que negociaba con el Puerto la ampliación del título, pero la APB ha recalcado a este medio que la autorización vence, por ahora, en 2040.