La adaptación de las redes europeas del gas a la distribución de hidrógeno podrá generar ahorros de hasta 41.000 millones de euros entre 2030 y 2050 con vistas al proceso de descarbonización de la economía, según desvela un estudio realizado por Ready4H2.
Esta asociación, compuesta por 90 distribuidoras de 17 países (entre las que figuran las cinco españolas, Nedgia, Nortegas, Madrileña Red de Gas, Redexis y Gas Extremadura), sostiene que la inversión en una infraestructura combinada de electricidad y gas genera notables ahorros a la hora de conseguir los objetivos medioambientales de la Unión Europea frente a un escenario que dependa en exceso de la electrificación.
Volumen significativo
El informe establece que para lograr esos ahorros debería manejarse un volumen significativo tanto de hidrógeno como de metano verde, dos de los combustibles alternativos, bajos en emisiones, que se están desarrollando en la actualidad.
La incorporación del hidrógeno en la infraestructura de gas permite la integración de la creciente producción de energía renovable intermitente.
Almacenamiento
Un problema futuro para el sistema eléctrico europeo es la vulnerabilidad frente a patrones climáticos inestables, ya que se conectan a la red grandes volúmenes de fuentes de energía renovable, como la solar y la eólica.
Para garantizar el suministro continuo de energía durante los períodos nublados o sin viento, se necesita una capacidad de almacenamiento duradera y de acción rápida a gran escala. Dada la necesidad de disponer de instalaciones de almacenamiento subterráneo a gran escala vinculadas a la producción de hidrógeno, la infraestructura de gas tiene un papel fundamental para proveer dicho almacenamiento y garantizar un suministro de energía seguro y fiable.