Las criptomonedas han popularizado los instrumentos de inversión alternativa durante la última década y los han acercado a la población general, que antes dependía de las inversiones centralizadas a través de los bancos y los agentes financieros. Uno de estos instrumentos es el contrato por diferencia (CFD por sus siglas en inglés), accesible para cualquier tipo de inversor.

Los CFD aparecieron a principios de los años 90 como permuta financiera, es decir, un acuerdo entre dos partes para intercambiar importes en una fecha futura y predeterminada. En un principio, este instrumento fue aprovechado por fondos de cobertura para acceder a los activos a la baja y equilibrar el mercado, además de revitalizar y estandarizar el sistema financiero.

Las grandes ventajas de este tipo de inversión es que no requieren que las acciones reales cambien de manos, operan con fracciones de acción, evitando tener que adquirir acciones completas, y permiten apostar por la caída del valor y ofrecen un acceso instantáneo al mercado. Ahora bien, para entender el funcionamiento de los CFD es necesario analizar qué es el trading y cómo se hace.

Operaciones de 'trading' y CFD

El tan popular trading se refiere al comercio y los intercambios realizados en los mercados financieros, incluyendo así la compraventa de cualquier tipo de instrumento financiero. El gran éxito de las criptomonedas y los criptoactivos ha favorecido la aparición de una infinidad de plataformas de trading que ofrecen cada vez más servicios e instrumentos y los acerca a cualquier persona que quiera adentrarse en un mundo financiero que antes estaba reservado para los agentes oficiales.

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Entre los servicios ofrecidos por las diversas plataformas destacan los CFD, que se pueden aplicar tanto a las propias criptomonedas como a cualquier tipo de activo financiero. De esta forma, no es necesario poseer cierta cantidad de criptomonedas o acciones de una empresa, simplemente apostar por un activo al alza, o a la baja.

Riesgos

Además, este tipo de operación de trading se realiza con apalancamiento, lo que permite reducir el capital inicial para maximizar beneficios. Cabe destacar que un mayor apalancamiento resultará en una menor inversión inicial pero también que provoca menos flexibilidad y conlleva mayores riesgos.

La participación de la gestora Blackrock en Bankia es un buen ejemplo de cómo combinar la compra de acciones tradicional con productos derivados como los CFD. En busca de gangas en el mercado, Blackrock decidió dividir su inversión casi a parte iguales entre acciones y CFD en un momento en el que Bankia alcanzaba mínimos históricos.

Tipos de instrumentos

La mayoría de las plataformas permiten hacer trading y ofrecen CFD para cientos de instrumentos. Los más populares son los relacionados con el mercado de divisas (Forex), materias primas (oro, plata, petróleo, etc.), los índices más importantes (por ejemplo, el IBEX 35) o las propias acciones.

De esta forma, todo el mundo puede acceder a los CFD de Apple, Facebook, Amazon, Microsoft o Google con una menor inversión, ya que no requiere comprar las acciones, y la posibilidad de operar tanto a la alza como a la baja.

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