José Luis Bonet ha advertido de las consecuencias negativas que tendrá para Cataluña el largo periodo en torno al ‘procés’, que ha tildado como “anómalo”. Un tiempo demasiado extendido para que sus efectos vayan a ser precisamente efímeros.
“Esto va a durar mucho”, ha lamentado el presidente de la Cámara de Comercio de España, sobre la base de que “en Cataluña la gente empieza a extraviarse después de vivir diez años anómalos”.
Punto de inflexión
Durante su intervención en un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum, Bonet ha justificado su pronóstico con la idea de que “cuando la gente se ha tragado una determinada causa, luego le cuesta mucho repensarse”.
No obstante, el también presidente de honor de Freixenet, una de las empresas señeras de Cataluña, ha sacado a relucir su conocido optimismo al asegurar que existe un punto de inflexión. “Los ciudadanos empiezan a darse cuenta de que no se puede entender cómo una minoría, amplia, pero minoría al fin y al cabo, ha impuesto su criterio a la mayoría y sin dejarle ninguna opción”.
Contra la "voracidad fiscal" del Govern
Eso sí, el veterano empresario no prevé que este cambio se pueda realizar de la noche a la mañana. “La fórmula es la paciencia; y también el diálogo, aunque siempre teniendo en cuenta que hay determinadas líneas rojas que no se pueden cruzar”.
En este punto, Bonet ha mostrado su preocupación por lo que ha calificado como “voracidad fiscal”, es decir, las políticas de subidas de impuestos que están diseñando tanto el Gobierno central como algunas administraciones autonómicas, entre las que ha destacado a Cataluña.
“En mi tierra han asumido el liderazgo de los que están siendo voraces fiscalmente y eso no hará sino perjudicar a las empresas catalanas. Y, consecuentemente, al resto de España”, ha apuntado Bonet.
Recientemente, la Generalitat ha aprobado nuevas figuras impositivas de carácter autonómico, lo que ha convertido a Cataluña en la Comunidad Autónoma con más tributos propios.
No a la exclusión del castellano
Bonet ha trasladado también el mensaje al Gobierno con un enérgico “¡qué se anden con cuidado con la voracidad fiscal! Puede ser muy pernicioso para el país”. En este punto, ha instado a las Administraciones a “no ocuparse sólo de los ingresos sino también, de los gastos”.
Volviendo al ámbito catalán, Bonet ha criticado con dureza la política lingüística del Govern y el arrinconamiento del castellano pese a las sentencias judiciales a favor de impartir un 25% de las clases en español. “Es absurdo considerar que hablar dos lenguas no es bueno; si pretenden expulsar al español de Cataluña están muy equivocados, no puede ser que haya españoles que no sepan hablar castellano, los dos idiomas son necesarios”.
La amenaza de la inflación
Respecto a la situación de la economía española, Bonet ha reiterado su idea de que la recuperación no está consolidada y ha mencionado la inflación como una de las amenazas. “Me temo que la subida de los precios no es circunstancial y puede ser un freno para el crecimiento”.
El presidente de la Cámara de Comercio de España ha valorado de forma positiva la reforma laboral y negativa el acuerdo para elevar el salario mínimo interprofesional (SMI) con el mismo argumento: el consenso. “Sin entrar en el contenido, lo que más me gusta de la reforma laboral es que ha sido por consenso, además de que suponga una continuidad respecto a la aprobada hace diez años; con el SMI sucede al contrario, no ha habido consenso y ese no es el camino”.
Ayuda a la pyme
También ha hecho hincapié en la importancia de los fondos europeos para potenciar la dimensión internacional de las pymes. “La gran empresa española está en el exterior hace mucho tiempo y en posiciones de liderazgo, pero las pymes apenas están empezando con ello. Y tenemos que ayudarles porque constituyen el 99,8% del tejido empresarial del país”.
Bonet ha considerado la llegada del dinero procedente de la Unión Europea como “una oportunidad única. Ha sido todo un acierto de Europa, un bien muy preciado aunque lo haya traído una tragedia como ha sido la pandemia”. El presidente cameral ha lanzado un último mensaje, conciso pero enérgico para el futuro: “Optimismo… ¡y a trabajar!”