Fin a una “anomalía” que ha durado cerca de tres años. Este miércoles, el bono alemán a 10 años, el activo de referencia en los mercados de renta fija europeos, cotiza en el secundario con rentabilidad positiva por primera vez desde comienzos de 2019. Toda una señal de que los inversores empiezan a descontar una pronta subida de tipos en la eurozona, quizá antes de lo esperado.
En los tres últimos años, el ‘bund’ ha registrado rentabilidades negativas en el mercado; es decir, los inversores que lo adquirían no percibían intereses por un título de renta fija. Un “sinsentido” teórico que refleja bien a las claras la situación que se ha vivido en los últimos años en un entorno de tipos cero en la zona euro.
Impacto en la banca
Un escenario que se ha traducido en tipos negativos en el mercado interbancario (en el que las entidades financieras se prestan dinero) y que ha impactado de forma notable tanto en las cuentas de resultados de la banca europea como en su capitalización bursátil.
Tres años en los que Alemania, la primera economía de Europa, ha sido capaz de financiarse gratis dado que buena parte de sus emisiones (salvo las de muy largo plazo) incluían rentabilidad negativa.
Casi todos en negativo
De hecho, durante la pandemia buena parte de las economías de la eurozona han podido emitir deuda con tipos en negativo, sobre todo desde que el Banco Central Europeo (BCE) puso en marcha la compra de bonos soberanos para impedir que se diera una crisis de liquidez, como sucedió hace una década, con un plan de 1,85 billones de euros.
El pasado otoño llegó incluso a darse la circunstancia de que los bonos de referencia de España y Portugal cotizaron en el secundario con rentabilidad negativa, por primera vez en su historia. De los países miembros de la Unión Europea Monetaria (UEM), tan sólo Italia y Grecia no se encontraban en esta situación.
Los bancos centrales se mueven
Sin embargo, se trató de una situación muy pasajera, muy lejos de extenderse durante tres años como ha sucedido con el caso alemán, que ya toca a su fin.
La presión inflacionista registrada en las principales economías del mundo y la consolidación de la recuperación tras la crisis del coronavirus ha llevado a los bancos centrales a mover ficha, tanto en el plano de la progresiva retirada de estímulos como en elevar el precio oficial del dinero para tratar de contener el alza de los precios.
El BCE firme... por ahora
El Banco de Inglaterra ya procedió a revisar al alza los tipos en Reino Unido poco antes del final del pasado año. Mientras, el mercado espera hasta tres subidas por parte de la Reserva Federal de EEUU en 2022. La primera de ellas podría llegar incluso en el primer trimestre.
Por ahora, el BCE ha descartado públicamente un alza de tipos en la zona euro este año al considerar que el actual escenario de precios es coyuntural, producto de las tensiones en los mercados energéticos.
Sin embargo, en los últimos días el vicepresidente Luis de Guindos ya admitía que la elevada inflación podría prolongarse algo más de lo previsto y que existía un cierto riesgo de que se estabilizara. La señal del mercado apunta a una subida del precio oficial del dinero antes de lo previsto.