Goteo de marcas que se van del Maremágnum por la atonía del centro comercial situado en el Puerto de Barcelona. Es lo que denuncian fuentes del sector tras avanzar este medio que el gran proyecto de Time Out Market en el espacio de shopping se ha gripado por la pandemia del coronavirus.
Directivos del sector han aportado más luz a la actual situación del Maremágnum. Información que no ha podido ser contrastada por este medio porque la firma belga Klépierre, concesionaria del negocio, no aporta datos ni métricas anuales. El Puerto de Barcelona, a su vez, se remite al operador. Desde el retail sí hacen su análisis y alertan de que dos marcas más han dejado el espacio en los últimos meses: Springfield y Woman's Secret. Se suman a H&M, que cerró en 2020, como explicó Metrópoli Abierta.
"El Maremágnum no funciona"
Las mismas voces aseguran que las tres pérdidas no son producto de la rotación de marcas, y sí se explican por la "atonía" del centro comercial. "El Maremágnum no despega y está pagando la falta de turistas y de cruceristas en Barcelona", deslizan.
Profesionales del comercio al por menor detallan que el hub de compras operado por Klépierre vive "otra de sus crisis" tras ver como el ocio nocturno cerraba en 2007 después de una muerte violenta en las aguas del Puerto vinculada con las discotecas. "La pandemia ha pasado mucha factura al centro comercial, que sufre una caída general de facturación", señalan.
"Lo intentan, con poco éxito"
Otra fuente del sector ha recordado que el equipo de Carlos Casanovas ha tratado de reflotar el negocio con diversas actuaciones que, por ahora, no han frenado la caída del espacio. "Están reformando la parte superior y están rotando firmas de restauración, como The Chipirón --de Grupo Moncho's--, pero no se ha paliado el descenso de actividad", leen.
Ello se suma a cierta sensación de "degradación". "La gerencia quería la cesión de los --cerrados-- cines Cinesa para ampliar el espacio comercial, pero ha caído en saco roto. Del Imax, por su parte, nada se sabe", agregan. Cabe recordar que Imax cerró en 2014, mientras que los multicines dejaron de operra un año después. Llevan siete años sin inquilino.
La ampliación, parada
En este periodo, Klépierre anunció que invertiría 45 millones de euros en ampliar el Maremágnum, que totaliza 22.542 metros cuadrados, de los cuales casi 19.000 son de espacio comercial. En efecto, el centro de compras ha acometido trabajos en su zona superior, pero no la prometida gran ampliación que avanzó a los medios de comunicación. De hecho, su intención de quedarse con Cinesa ha fracasado, pues los cines se derribarán, como figura en el plan de crecimiento de la zona.
Desde el sector comercial apuntan a una dificultad añadida: la falta de rentabilidad por la pandemia. "El negocio no funciona y hay dudas de que sobreviva en el futuro", apuntan. Ello significa que el gran crecimiento del espacio ahora se antoja excesivo.
Malas relaciones
Esas dudas se centran, indican las mismas voces, en la fría relación que tiene el Puerto con el centro comercial. "El vínculo dista mucho de ser fluido, y el descarrilamiento del gran proyecto de ampliación --el Maremágnum quería el antiguo Cinesa, el Imax y la plaza interior-- así lo atestigua", sostienen.
Sea como fuere, toda la zona está afectada por el Plan Director del Port Vell de Barcelona, que prevé más usos ciudadanos en la dársena. La hoja de ruta se queda en la "reordenación" de espacios en torno a Maremágnum. Frustra, en efecto, su ampliación en los antiguos Cinesa. Y deja el Imax pendiente de otros usos que aún no han sido decididos. Podría ser un auditorio, avanzan fuentes cercanas al proyecto. Está por concretar.
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