Josep Arisa ejerció casi toda su vida laboral de carpintero en el Maresme. Cuando se jubiló decidió mudarse al Pallars Sobirà, donde su hija se había casado y vivía con sus nietos. Amante del esquí, una vez en Sort unió su profesión con la de su yerno y tras una investigación inicial hace casi 10 años fundó Nord Esquís.
Los únicos esquís de madera hechos con marquetería de España se conciben en su pequeño taller de la calle Raval de Sort (Lleida), que regenta junto a Dimitri López. Con una producción artesanal de a penas 20 pares anuales, ha logrado llamar la atención de los amantes de este deporte alpino y nórdico de medio mundo. Los pedidos le llegan de Suecia, Estados Unidos, Noruega, Alemania… con precios que oscilan entre los 1.200 y 2.000 euros.
--¿Cómo producen en Nord Esquís?
--Hacemos todo el proceso artesanalmente y empleamos diferentes tipos de madera para buscar dureza, reacción y elasticidad. Son listones, aunque el interior tiene sus fibras de refuerzo.
--¿Qué diferencia sus esquís con los de alta gama de las casas comerciales?
--Están hechos de listones de una sola pieza, no llevan refuerzos por en medio porque son tablas enteras. Los fabricantes normalmente no lo hacen así porque quieren aprovechar todo el material. En nuestro caso, la madera que no da, la desestimamos, no se aprovecha para otra cosa.
--¿Repercute en la calidad para esquiar esta variable?
--Gustan mucho más. La base es que es un traje hecho a medida. Es lo que tú has pedido. El hecho de ser de una sola pieza, con un único núcleo de madera, hace que la flexión propia del esquí cuando esquías es mucho más progresiva. La gente va con más confianza, pivotan mucho más. Es decir, el tema del giro al bajar por la pista es mucho más fácil.
--Pero entiendo que no solo es la madera la que crea esta mejora…
--Aparte de lo que es la madera en sí, ponemos fibras de refuerzo de carbono, de cristal, unidireccionales, etcétera; dependiendo de cada par de esquís que haces. Nosotros los hacemos a la carta, no solo con el acabado, sino en la fibra en sí y los radios de giro. Hay gente que nos ha pedido esquí de altura X, con ancho X con radio de giro X, para pista o para libre. Toda esta geometría la has de crear, con las plantillas, ir a un carpintero que tiene un centro mecanizado para que te las hagan a partir del dibujo al milímetro, de forma exacta. Y entonces empezamos a trabajar en los núcleos, con las plantillas y lo que el cliente nos ha pedido.
--Dentro de las peticiones, el diseño también es único.
--Exacto. Trabajamos mucho la marquetería. De hecho, somos los únicos de España que hacemos esquís así. Esto es lo que hace subir el precio, por las horas de trabajo. En la web está el básico que no es más que una chapa de madera, el medio que lleva una rosa de los vientos… Pero luego se puede personalizar con el detalle que quiera el cliente, desde una rosa de los vientos hasta una serpiente.
--¿Han tenido algún pedido “peculiar”?
--Fabricamos unos esquís para un catalán que fue el primero en subir al Everest. Los quería con las imágenes de la cordillera.
--¿Quién crea estos diseños?
-- Tenemos un compañero diseñador, aquí en Sort: Jesús Rosán. Él se encarga de gran parte de las creaciones. De hecho, ahora sacaremos una nueva gama de esquís. Entre la básica y la premium.
--¿Cuántos fabrican anualmente?
--Elaboramos 20 pares de esquís al año. Todo de forma artesanal. De momento no queremos hacer más, porque intentamos cuidar mucho el detalle.
--Con esta producción tan limitada, no obstante, distribuyen a varias partes del mundo.
--Recientemente, hemos enviado a Estados Unidos y otros a Suecia. Estos últimos, al final vienen a España y pasarán a buscarlos por Sort. Damos las dos opciones. Aunque hoy con el transporte y las empresas de mensajería el mundo es muy pequeño, y un paquete puede llegar en cuatro días a la otra parte del globo.
--¿Dejan probar sus esquís antes de realizar el pedido?
-- Tenemos esquís para que la gente pruebe. No para convencerlos, porque los que piden ya están convencidos. Queremos que nos den su opinión.