El ocio nocturno catalán encaja un nuevo golpe en esta pandemia del coronavirus: permanecerá cerrado en Nochevieja después de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) haya desestimado las medidas cautelares urgentes solicitadas por Fecasarm (Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales) para abrir esa noche. Las discotecas y salas de fiestas bajaron la persiana el pasado 24 de diciembre por orden de la Generalitat como medida para frenar los contagios.
La Fecasarm presentó el lunes un recurso contencioso-administrativo contra las medidas fijadas por el Departamento de Salud (toque de queda nocturno, limitación de reunión, cierre del ocio nocturno y reducción de aforo en la restauración) en el que solicitaba medidas cautelares urgentes con la intención de salvar la Nochevieja, pero el TSJC determina que no aprecia ni la urgencia ni la excepcionalidad pretendidas para ello, y decidirá al respecto a partir del 4 de enero, que es el plazo que da a la Generalitat para formulas las alegaciones pertinentes.
Fiestas clandestinas el 31 de diciembre
En respuesta a la decisión del TSJC, la Fecasarm insiste en que el cierre del ocio nocturno en Nochevieja dará lugar a fiestas clandestinas, ilegales, encuentros más reducidos en domicilios particulares y a 1.500 botellones masivos, según sus previsiones. Unos botellones que, alerta, irán acompañados de "graves desórdenes públicos".
Asimismo, el secretario general de la Fecasarm, Joaquim Boadas, reitera que ha pedido a los departamentos de Salud e Interior que aclaren si las actividades de restauración, que deben cerrar a las 00.30, dispondrán de 30 minutos adicionales para desalojar los locales.