Pocos podrían imaginar hace apenas diez años que la composición del Ibex 35 incluyera el doble de compañías del sector farmacéutico que del constructor, mayoritario por entonces en el selectivo junto al financiero y el energético. A partir de este lunes, con la incorporación al índice de Laboratorios Rovi, es ya una realidad, que da alguna pista sobre el ansiado cambio en el modelo productivo español; eso sí, con avances a menor ritmo del deseado.
En plena crisis financiera y de deuda, con la economía española al borde del rescate europeo y multitudinarias voces señalando como responsable a un esquema productivo demasiado dependiente de sectores como el de la construcción y el de los servicios, el Ibex 35 recogía esa realidad a comienzos de la pasada década con hasta seis grandes compañías del primero de estos ámbitos.
La foto de la pasada crisis
Un hecho que contrastaba con la representación única, a cargo por entonces de Grifols, de un sector cimentado en la investigación, el desarrollo y la innovación como es el farmacéutico. Frente a ella se erigían ACS, Ferrovial, Acciona (en la que la construcción aun no era residual), Sacyr, FCC y OHL. Y hasta nueve empresas del ámbito financiero, con los seis grandes bancos de entonces a la cabeza (Santander, BBVA, Popular, Banesto, Banco Sabadell y Bankinter).
Poco después, un recién constituido Caixabank tomaría el relevo de Criteria, por entonces cotizada e incluida en el selectivo.
La clave de la I+D
A finales de 2021, el panorama ha cambiado de forma notable en la gran empresa. Junto a Rovi y Grifols, Almirall y Pharma Mar completan el particular póker farmacéutico que contrasta con las únicas dos compañías del negocio constructor que se mantienen en el selectivo, ACS y Ferrovial, en las que, además, negocios como las concesiones y la energía (especialmente en el caso de la primera) han ganado terreno de forma considerable en la cifra de negocios en detrimento del ladrillo.
Sería aventurado hablar de un cambio radical en el indicador que agrupa a las mayores empresas cotizadas del país. Los expertos hacen hincapié en que algo más de dos tercios de los valores que lo componían hace diez años se mantienen en la actualidad. Pero tampoco cabe obviar un cambio de perfil, avalado además por otras novedades, relacionadas con el ámbito tecnológico como puede ser Cellnex Telecom que, además, se ha hecho un hueco entre los cinco mayores títulos y con vocación de permanencia.
El ejemplo de las renovables
Lo mismo podría decirse del ámbito de las energías renovables, cuyo único representante hace diez años era la filial de Iberdrola que incluye sus activos de bajas emisiones, y que ahora cuenta con Siemens Gamesa, Solaria y Acciona. Igual que sucede con el farmacéutico, el sector de la energía verde también cuenta con mayor representación que el constructor.
La creciente presencia de estas compañías en un referente como es el Ibex 35 está avalada por la cada vez mejor acogida que encuentran en los mercados y la firme apuesta de los inversores por ellas.
Acogidas por los inversores
La perspectiva de los tres últimos años es más que significativa. Solaria es la mejor del selectivo en este periodo, en el que su cotización se ha disparado un 325%; Pharma Mar ocupa el segundo puesto, con avances del 265%. Por su parte, Cellnex se aprecia un 157% y la revalorización de Acciona supera el 100%.
La nueva incorporación al selectivo, Laboratorios Rovi, ha elevado su capitalización bursátil cerca de un 290% en el Mercado Continuo, hasta superar actualmente los 3.800 millones de euros.
Condicionantes
Por el contrario, el rendimiento del Ibex en este trienio es sumamente desolador, toda vez que presenta números rojos, con caídas en el entorno del 6%, lo que al mismo tiempo da muestras de que los valores que representan los sectores del futuro aun tienen escaso peso en el indicador.
“‘Menos ladrillo y más ordenadores’, se podía escuchar en los años de la pasada crisis. Es cierto que la actual ya se ha afrontado con un modelo productivo algo más evolucionado, aunque seguimos con factores que nos condicionan demasiado, como el escaso peso de la industria y, por contra, la excesiva dependencia de los servicios”, apuntan desde una gran consultora.
El espejo europeo
En el ámbito europeo, la tendencia ha sido corregida y aumentada. En la actualidad, la mayor empresa cotizada del Viejo Continente es la holandesa ASML, fabricante y distribuidor de semiconductores, con una capitalización que supera los 270.000 millones de euros (más de tres veces la de Inditex, la primera del Ibex 35, y 5,5 veces la de Santander).
El respaldo inversor a la compañía se ha traducido en una revalorización cercana al 365% en el último trienio, que dentro del EuroStoxx50, el selectivo de la zona euro, supone el segundo mejor rendimiento en este periodo. El primero es para Adyen, otra compañía neerlandesa relacionada con la tecnología (en este caso, los medios de pago enfocados al comercio electrónico).
Su capitalización roza los 70.000 millones, por encima de la mayoría de los bancos tradicionales europeos. Atrás quedaron los tiempos en los que los grandes fabricantes de automóviles, empresas de consumo como la cervecera Anheuser Busch (fabricante de la célebre Budweiser) o incluso petroleras como Royal Dutch Shell peleaban por el cetro continental.