La tormenta se ha desatado en el seno del consejo de Merlin Properties, un escenario que deja en una posición delicada al consejero delegado de la compañía y primer ejecutivo, Ismael Clemente, a quien Santander, primer accionista de la socimi, estaría buscando ya sustituto.
La situación, que se había agravado en los últimos meses, ha terminado por estallar y trascender a la prensa. Tras las informaciones publicadas durante el fin de semana por El Confidencial y replicadas por otros medios de comunicación, las acciones de Merlin se desploman cerca de un 6% en la jornada del lunes, lo que ha llevado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a solicitar aclaraciones a la empresa.
Discrepancias
Las discrepancias en torno a la gestión de Merlin han minado la relación entre Clemente, que lleva nueve años a cargo de las riendas de la gestión de la empresa, y el presidente no ejecutivo, Javier García-Carranza, que representa los intereses de Santander en la compañía.
La entidad financiera aterrizó en el capital de la socimi a finales de 2016, como consecuencia de la división que se produjo en Metrovacesa, de la que el banco también es el primer socio, para separar las actividades de promoción y arrendamientos.
Mayoría de independientes
Desde entonces, los tiras y aflojas con Clemente en torno a la gestión de la empresa han sido habituales, aunque la batalla no ha estallado hasta ahora, cuando las diferencias ya se han aireado en el propio consejo de administración.
Santander cuenta con tres representantes en el órgano ejecutivo de la compañía, compuesto mayoritariamente por independientes. Además del banco que preside Ana Botín, también tiene presencia el segundo accionista, Nortia Capital, la sociedad de inversiones liderada por Manuel Lao, con un asiento.
En busca de apoyos
Al parecer, Clemente cuenta con el apoyo de Lao y también de Miguel Ollero, director general y operativo de Merlin, el único junto al consejero delegado que tiene la condición de ejecutivo.
De modo que la batalla se plantea entre los independientes, entre los que Santander trata de recabar apoyos para promover el cese de un Clemente que está dispuesto a dar la batalla para mantenerse en el timón de la empresa.
Incertidumbre entre los inversores
Una situación que podría prolongarse durante meses, toda vez que las posiciones están muy divididas, lo que constituye el principal temor de los inversores por la repercusión negativa que pudiera tener en el desempeño de Merlin.
Desde enero, la compañía acumula una revalorización superior al 16%, notablemente superior a la registrada por el Ibex 35. No obstante, durante el último mes ha retrocedido cerca de un 8%.