El enoturismo ofrece una oportundiad para dinamizar económicamente las regiones españolas, pero también para impulsar la proyección del vino español en el extranjero. Un reto que han analizado directivos de varias empresas e instituciones del sector en una conversación sobre enoturismo y desarrollo rural del Future of Tourism World Summit.
Eduardo Baamonde, presidente de Cajamar Caja Rural, ha señalado de que España es el tercer país productor de vino del mundo, a pesar de ser el primero en volumen, lo que se debe al valor del litro de vino español, que se sitúa en torno al euro (frente a los tres euros de Italia o los seis de Francia). Para revalorizar este producto, Baamonde ha asegurado que "el enoturismo puede ser la mejor palanca para posicionar nuestros vinos".
Exportar a través del turismo
El presidente honorario de Freixenet, José Luis Bonet, ha añadido que las visitas a las bodegas son fundamentales y ha coincidido en que el enoturismo "es la forma de prestigiar el vino español en el mundo". Algo que ha definido como una "asignatura pendiente", que pese a todo, "podemos aprobar".
Además, esta actividad puede generar un ciclo virtuoso: "Cuanto más exportamos, más enoturistas vamos a tener", ha indicado Sandra Carvao, responsable de Inteligencia y Competitividad de la Organización Mundial del Turismo enoturismo. Según Carvao, son necesarias más políticas públicas que desbloqueen este potencial de desarrollo para los territorios.
"Motor de desarrollo"
Raúl Compés, ingeniero agrónomo y profesor de la UPV, ha destacado el potencial del enoturismo de "convertirse en motor de desarrollo de regiones rurales". De hecho, ha opinado que "es un modelo de turismo muy interesante, porque es desestacionalizado" y "tiene un bajo impacto territorial".
Por su parte, Mauricio González-Gordon Byass, presidente de la bodega González Byass, ha explicado cómo su empresa ha ido ampliando su oferta enoturística, con festivales musicales en verano o colaboraciones con chefs que ostentan estrellas Michelin.