Enagás cerró los nueve primeros meses del año con un beneficio de 307,3 millones de euros, un 11,9% por debajo del registrado en el mismo periodo de 2020, aunque mantiene al alcance el objetivo de concluir el ejercicio con un resultado en torno a 380 millones de euros.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) reflejó un descenso del 7,9%, hasta 670 millones de euros. Como en el resto del año, el gestor de la red de transporte y distribución de gas natural se ha visto condicionado por la entrada en vigor del nuevo marco regulatorio hasta 2026, que contempla un recorte de las retribuciones por esta actividad.
Caída de ingresos
La caída del 13,1% en los ingresos (casi un 10% en lo que se refiere a la actividad regulada) ha sido compensada en parte por los dividendos de las sociedades participadas, que han supuesto hasta septiembre una entrada en caja de 114,8 millones de euros.
La aportación de estas compañías al resultado de Enagás se ha elevado a algo más del 40%, con una cifra total de 163,8 millones de euros hasta septiembre.
Demanda creciente
Mientras, la deuda neta se redujo un 3,7%, para situarse en 4.177 millones de euros al finalizar el periodo, con lo que la ratio con el Ebitda se mantiene estable en 4,8 veces gracias al incremento de la generación de caja. El coste financiero medio se reduce dos décimas, hasta el 1,7%.
Por su parte, la demanda de gas natural sigue al alza pese a la inédita subida de los precios, con un incremento del 2,7% hasta septiembre. Destaca el comportamiento de la demanda convencional (que agrupa el uso industrial y residencial) que se elevó un 9% por encima de los datos de 2020, condicionados por la incidencia de la pandemia.